Ya acabado el visionado basado en hechos reales, haber
comido, y haber podido descansar, mi cuerpo y mi mente emprendieron la
aventura. ya nervioso por el acontecimiento cercano, no paré a pensar en el
verdadero número de mis acompañantes, muchos sin duda. Y tras un viaje transcurrido sin incidentes,
llegamos a nuestro destino, lo que sería nuestro techo esa noche y la venidera.
El día, transcurrió de manera tranquila, cargado de rencuentros,
presentaciones, juegos, y risas. Y por fin después de un par de horas de espera
para que la tranquilidad reinara en el lugar, el descanso se hizo posible.
Suena la alarma, maldices todo lo que te rodea, pero una
ducha caliente, siempre saca lo mejor de ti. Se despiertan, y entre risas,
juegos, todos bajamos a desayunar. Cuando levanto la vista del plato, veo lo
que antes era un comedor, y entre los compañeros decidimos quien va a
reconvertir esta sala en un comedor normal. Después de ese festín mañanero, las
pilas ya están cargadas, comienza nuestra labor, nuestros grupos están
dispuestos, y tengo conmigo a tres de
los cuatro mejores de mi grupo normal, junto claro está a cuatro más, dos
nuevos, y dos de otros años. Las primeras actividades, son difíciles, se nota,
pero después de todo somos los primeros en acabar. Comemos, y por fin un poco
de tiempo libre para ellos, pero nuestra tarea no había acabado. Decidimos
cambiar el plan establecido, y tras mucha preparación, comienza un juego que
une misterio, suspense y terror. El juego transcurre solo con un abandono, las
estadísticas están de nuestra parte, fue una buena elección. Mi representación,
no deja alma tranquila, y ninguno de los detectives quiere quedarse más de
cinco minutos conmigo. Tras haber hablado con todos los grupos, llega la hora
de las decisiones, dos de los seis grupos me acusan, fundamentando mi extraño
comportamiento, pero en realidad no sospechan que el verdadero “culpable” esta
a mi izquierda, cuando por fin tras unos largos minutos, se descubre el pastel,
solo un grupo se ha alzado con la victoria a través del ingenio. Muy cansado
pero animado, y alegre, preparamos una
noche sin igual, y el jurado tras valorar todos los espectáculos del concurso,
alzamos como ganadores a dos grupo, uno de ellos el mio, que con mucha
coordinación e ingenio, atrajo la atención de todo el mundo. Como último juego
de la noche, los colores y el equilibrio, ponen a prueba a todos, y otro grupo
se alza con la victoria. Ya derrotados, suben, y las sorpresas por ser un día
especial, se oyen en una habitación, las demás casi en silencio, van entrando
en ese mundo en el que nadie puede entrar, los sueños.
Otra vez el sonido de la alarma me sobresalta, cansado por
un intento de broma nocturno, me dirijo de nuevo a la ducha, que vuelve a despertar mi alegría y mi ánimo.
Otra vez, ocurre lo mismo en el comedor, la jauría de lobos hambrientos, arrasa
con todo, pero otro grupo de la manada debe arreglarlo todo. Tras un sermón de
lo más aburrido, comienza un paseo, el tiempo está de nuestra parte, y el mar
se alza azul brillante con todo su esplendor. Tras un paseo muy gratificante,
intento tomarme una caña, pero esta prefiere volcarse sobre mi ropa. Congelado
llego a mi habitación, me cambio, y bajo a comer, todos ya ha empezado, y
mientras disfruto de una comida excelente, soy comunicado de un bulo sobre mi,
así que tras comprender algunos comentarios extraños del día anterior, entre
los compañeros ponemos en marcha una engañifa que dejó a todos atónitos, y
enfadados por ser tan crédulos, no se
esperaban la jugada.
Llegó el momento de las despedidas, todos volvemos a casa.
Abrazos, y promesas por doquier, y por fin tras otro duro recorrido, en el que mi
grupo me demuestra una madurez impresionante, llegamos a esa parada, en la que
cada progenitor me da las gracias de una manera diferente. Mi trabajo había
concluido, ahora solo espero que las cosas vayan aún mejor.