viernes, 6 de abril de 2012

La lucha sin fin.

Un viernes más, te levantas contento por lo que te espera, está todo preparado, organizado meticulosamente desde el día anterior. Lo imprimes, lo ensayas y en tu cara una sonrisa de satisfacción personal reluce como el sol mañanero. Durante la mañana sigues construyendo tu futuro, un futuro prometedor, pasito a pasito, y sigues pensando que quedan solo unas pocas horas para disfrutar de tu esfuerzo. Dejas de trabajar ya. Tras satisfacer a tus tripas que rugían como un león triunfante en la sabana, tomas el camino hacia  el lugar donde creciste, tu pasado, su presente. Como siempre, ellos te reciben de una manera especial cada día, mientras que entusiasmados esperan que comience la “función”. Ya es la hora, es mi turno, les expongo una situación, una realidad, o un valor. Ellos comienzan a pensar, te preguntan, piensan, exponen su opinión sin miedo a ser reprochados o traicionados, claro, están todos juntos, como una piña, nadie puede dañarlos. Sonrío y recuerdo, yo también era así, confiado, seguro de que todos seguiríamos juntos hasta donde estoy yo. Pronto empezarán las divisiones, será el comienzo del fin, ¿Quién sabe quienes o cuantos se quedarán? 

Como decía exponen su opinión, hablan, contrastan ideas, y por fin, ven la realidad, solos, sin ayuda. Sorprendidos, se sonríen los unos a los otros. Ya es la hora, ellos se marchan, pero la lucha no acaba. Llegas al despacho tu “superior/a” te vuelve a bajar a la realidad, te demuestra una vez más que esto es una mera sombra de lo que era, las ruinas de lo que tu habías conocido. Te preguntas: ¿Por qué sigo entonces? ¿Para qué tanto esfuerzo? ¿No sería mejor eliminarlo de raíz todo y dejar de esperar lo inevitable?

Sales, tus compañeros, los que también fueron tus maestros, están igual que tu, lo notas en su cara de decepción. Cuando ya estas en la calle los vuelves a ver. Todos juntos, te sonríen, entonces comprendes, que sigues allí por ellos, porque no se merecen esta situación, y porque aunque tus “aliados” en el resto de ciudades se vayan reduciendo, tu seguirás allí por ellos, al pie del cañón, luchando para que ellos también disfruten, como tu lo hiciste en su momento.


3 comentarios:

  1. Las cosas ya no son como antes, pero eso te hace ver otras nuevas opciones ;)

    sigue así, sabes que, aunque sea desde lejos, te apoyamos!!

    ánimo, pablo ;)

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  2. Buena entrada maestro!
    Veo mucha vocación por aquí ^^

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  3. No dejes que nadie te haga creer que "no se puede". Mientras haya chavales en las aulas, habrá algo por lo que luchar.

    Ánimo :)

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