Cuando por fin subí al bus, el miedo que asolaba mi corazón
desde hacía cinco horas me impedía respirar con dificultad, pero una cara
sonriente y conocida, hizo que todo ese miedo desapareciera por completo. Hacía
ya tantos años que no me encontraba con esta persona, que solo un abrazo pudo
expresar algo de lo que sentí.
El viaje continuó lleno de risas, planes, recuerdos, y sobre
todo gente nueva. Y cuando por fin tú piensas aliviado, “en cinco minutos
llegamos”, el autobús se estropea en medio de la carretera. El calor es insoportable,
y los chicos se empezaban a quedarse sin agua fría, y una sonrisa aparece de
oreja a oreja cuando por fin otro autobús se para delante de ti. Cargamos todo
rápido, y continuamos los últimos “cinco minutos”.
Llegas, saludas, abrazas, te presentas, y comienzas a
descargar las cosas. LA CENA ESTÁ LISTA!!! En ese momento, tus tripas hacen más
ruido el León de la Metro goldwyn mayer.
Y tras una cena deliciosa, comienza la primera velada. Velada de presentación.
Uno por uno los monitores presentados somos aplaudidos. Y tras una excursión
nocturna por el pueblo, que te permite seguir conociendo a los chicos, TODOS
PARA LA CAMA. Todos salvo los monitores claro. La evaluación se hace rápida,
grupos, planing, etc.
El amarillo, es el primer color de la jornada, un teatro
introduce una mañana más bien tranquila. La tarde comienza a animarse,
talleres, deportes, y cuando el calor puede con nosotros, una duchita fría, y
un buen festín, dan paso a una noche llena de animales perdidos. Tras una
velada muy divertida, TODOS A LA CAMA… salvo los monis claro, de nuevo
evaluación.
El azul, pisa muy rápido y divertido, con una mentirijilla,
que unida a unos buenos actores da paso a una mañana muy ajetreada, Un super
monopoli, y la primera Gymkhana de la jornada. El relax es la tónica de la
tarde de piscina, que renueva las pilas para poder preparar la noche
contemplativa. Una noche muy bien preparada, sin duda, pero con una serie de
incidentes que no me permitieron moverme en mi salsa. Y como no TODOS A
DORMIR!!! No tengo quien decir lo que nos toca a los monis jaja.
Continuamos con el naranja, el color de la fuerza. Fuerza
que se ha ido demostrando a lo largo del día, no solo fuerza física, sino que
también mental, de voluntad, y de personalidad. Comenzamos por la física con
unos cuantos juegos a plena luz del día, que ni si quiera el calor puede hacer
frente, la mental a través de talleres, alguno de ellos muy útiles para la vida
diaria, la fuerza de voluntad, y la de personalidad, se unen a la física de
nuevo en una increíble ruta que acaba en una increíble velada con cuentos (que
ya publicaré) bajo las estrellas.
Nos levantamos, con la primera luz del día, y volvemos por donde hemos venido. Y evidentemente, la
piscina vuelve a ser la tónica de la tarde. La noche se acerca, y el pueblo
observa como un grupo vestido de marrón, les tiende una mano para jugar, y les
brinda una impecable actuación. BUENAS NOCHES salvo para quien ya podréis
intuir.
El esperado verde, es el encargado de nuestra visita a
Almagro, donde el corral de comedía abre sus puertas a todo el que quiera
obtener un poco más de conocimiento. El regreso se hizo animado, y divertido, y
tras una cena suculenta, el karaoke dio paso a multitud de canciones conocidas,
y competiciones. Por fin llego la hora, el reino de los sueños, debía volver a
ser visitado.
El más sencillo de los colores, el rojo, introdujo un teatro
francamente muy bien hecho, y la sencillez se plasmo en los talleres. La
piscina fue otra vez un espacio para descargar adrenalina, y descansar bajo la
sombra de un árbol, mientras que algunos de tus compañeros preparan una noche que
arrancaría más de un escalofrío. Cuando los niños llegaron después de un paseo
nocturno por el pueblo, en el que se comprobó la eficacia, y lealtad de los
mayores, la ruta de los gritos comenzó. Lo más sorprendente de todo es que los
grupos más jóvenes no mostraron el menor temor, mientras que los más
experimentados, no tardaron en salir por patas. Tanta energía fue la gastada,
que no tardaron en caer rendidos de cansancio.
Continuemos con el morado, el color de nuestro interior. Una
levantada rápida a las 6:45 de la mañana hace que una especie de niños zombi te
sigan allá a donde mandes, así que la decisión estaba tomada, una quijotada, y
tras desayunar con fuerza comenzamos a subir la montaña sin apenas incidentes.
Ya en la cima, pudimos contemplar una maravillosa vista con un precioso molino
a nuestra espalda. Tras bajar, y realizar con éxito un gymkhana, las merecidas
duchas renuevan al personal para la tarde. Una tarde que exigió ingenio e
inteligencia. Para rematar el día, nada mejor que una fiesta para ocupar la
noche.
El rosa nos abrió los ojos aquella mañana haciéndonos ver
que el cariño es algo indispensable para el hombre. Y tras un acto preparado
por nosotros, el merecido tiempo libre llegó, y otra tarde de piscina fue la
encargada de que un rencuentro se hiciera posible, un rencuentro que espero que
vuelva a unir a dos personas de las que hacía años que no se sabia. Tras todas
estas emociones vividas llego la noche y un concurso de talentos entre los
grupos fue la tónica dominante, el jurado: Ristof Milano, Calcetinete, y uno de
los monitores del grupo, evaluó cada actuación. Pero el sueño de esa noche fue
interrumpido, los “malos” (más bien los buenos) consejos sobre los maestros de
las noches en vela, surtieron efecto y unos cuantos elegidos, se ganaron una
noche de miedo, bailes, y ejercicio físico.
Un arcoíris rodeó todo el día siguiente repleta de juegos,
talleres, y por supuesto de una velada inolvidable, llena de cotilleos, bromas,
y discoteca.
Y como siempre todo lo bueno tiene un final, esperado por
algunos, y llorado por otros. Cada uno de nosotros sabíamos que cada uno tiene
su sitio, y en nosotros está la oportunidad de mejorarlo o echarlo a perder. No
sabría decir lo agradecido que estoy, ni cuanto me ha costado volver, solo voy
a decir, gracias por arreglar a este viejo barco de una vez por todas.
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