Señoras y señores, hoy he tenido la mala suerte de toparme
de frente con una desgarradora realidad que tiene que ver con la educación. Por
primera vez, voy a reconocer un tópico bastante extendido en la sociedad
española. “Los estudiantes actuales, no
saben lo importante que es estudiar”…. Muchos de los que me conocen
personalmente, estarán empezando a extrañarse de que yo, firme defensor de los
alumnos y de una educación personal, esté reconociendo esta idea. Pues bien, ya
desde hace unos pocos años, empezando esta andadura tan atractiva como dura
llamada Carrera Universitaria, me he percatado que en cada facultad, en cada
escuela, en cada aula de formación, las futuras nuevas generaciones… esas que
en teoría heredarán el mundo, personas ya mayores de edad y que en teoría
continuaron con sus estudios por su propia voluntad y satisfacción, que se
dedican a perder el tiempo, y hacérselo perder a los demás.
Hoy en una clase de Magisterio, futuros docentes se
encontraban hablando y riendo sin modular su tono de voz. Tal era el volumen de
sus voces y sus chanzas, que la voz del docente, no era capaz de escucharse más
allá de la cuarta fila. La situación se desarrolló de tal forma que tras 30
minutos de intenso balbuceo, la situación acabó enfrentando a compañeros entre
sí. Unos querían aprender, otros… sin duda querían otra cosa menos eso. Y es en
esta situación en la que yo me pregunto ¿Quién obliga a estos individuos a
estar presentes en algo que evidentemente no supone algo interesante para ellos?
¿Acaso no se dan cuenta de que en cuestión de semanas, estarán exigiendo a sus
alumnos lo que ellos mismos no están cumpliendo? Es evidente, que esta
situación me da a entender lo hipócritas que podemos llegar a ser las personas.
Sin duda, y me apuesto un par de € a que en el momento en el que critiquen su
carrera, estas personas que les importa una mierda su propia educación y su
futuro, serán las primeras en inflar su pecho y argumentar “Nosotros trabajamos duramente”. Es
triste sin duda… futuros maestros, que manchan aún más la reputación de esa
labor tan fundamental como la que supone ENSEÑAR.
También me parece incomprensible, como otro compañero, otro
igual, se crea lo suficientemente autorizado como para exigir silencio a
personas con sus mismos derechos y deberes. ¿Acaso no hay un docente en la
sala? ¿Quién se supone que son ellos para tomar ese papel? También es bastante
triste ver cómo muchos docentes carecen de autoridad y respeto, y cómo propios
alumnos se toman semejantes licencias.
Pero no solo hablo dentro del terreno de la Formación del
profesorado, sino en cualquier tipo de carrera. Personalmente estoy cansado de
encontrarme con historias de clases de Ingeniería, Medicina, Terapia
Ocupacional, Enfermería, Periodismo, y un largo etc, en las que gran parte de
los asistentes, solo se dedican a hacer estupideces, sin darse cuenta que las
tasas que han pagado de matrícula suben cada año, y cada vez hay más condiciones
ínfimas , y desempleo juvenil. Pero ellos seguirán con sus estupideces de
niñatos/as con poco grado de madurez mental. Solo espero que en un futuro, si
me rompo algo, tenga la suerte de encontrar a alguien competente que me sepa
curar, y no a un cafre que solo memorizó y aprobó, sin preocuparse en aprender
su oficio.
Con todo esto y para concluir, no quiero que se me
malinterprete, no estoy queriendo decir que seamos personas muertas que no
sepan reír y disfrutar con sus compañeros y amigos, pero señores, tengan en
cuenta las responsabilidades que debemos cumplir, yo amo mi futura profesión, y
no me gusta ver como la mancillan.
Y como siempre pido disculpas, si alguien se ha sentido identificado
u ofendido, la finalidad de este blog no es calumniar, así que muy señores
míos, si les he ofendido les dejo una increíble solución: en la esquina
superior derecha de su ordenador, encontrarán una X en blanco dentro de un
recuadro rojo, pinchen ahí y sigan con sus impresionantes vendas en los ojos.