La madera se resquebrajó violentamente. El viejo barco de
bandera negra rugió indicando el inicio de su muerte. Las olas, fuertes ataques
de Poseidón golpearon el espolón
agrietando la columna vertical del barco. Antes de que el agua comenzara
a entrar él sabía que era el final.
El crujido del fuerte contacto con la arena, le indicó el
momento exacto para saltar. Una vez sus pies tocaron tierra firme, el barco
emitió un último grito al mar pereciendo para siempre en la orilla de aquella
playa solitaria.
Aun exhausto por el intenso viaje miró al sol y alzó la
vista con decisión… su aspecto parecía joven, pero su mirada mostraba la
sabiduría de un auténtico anciano. La había encontrado al fin, una isla alejada
del mundo, salvaje… dura.
“Un lugar perfecto” pensaba con una sonrisa llena de
determinación. Sus manos lentamente tocaron la árida arena y él apareció. El
más sabio de sus elementos, aquel que alimentaba la semilla de su corazón, el
guardián de la tierra. Sus labios llamaron al viento, y una suave brisa trajo
al guardián que compartía el elemento de su nacimiento. Sus ojos miraron al
señor del fuego y con una sonora explosión él, el guardián del fuego con su
irónica sonrisa apareció. Antes de que pudiera siquiera continuar sonrió al
notar su abrazo por la espalda, fresco, gratificante… espontaneo como el suave
oleaje de la mar en una calmada mañana. Ella, la guerrera del agua, la
guardiana del león había acudido también.
-Gracias
por acudir a mi llamada.
-Cómo
si tuvieras alguna elección de decirnos dónde debemos estar –contestó con una sonrisa
el guardián del fuego.
-¡¡El
barco…!! –exclamó su compañera con un hilo de voz.
-Es
evidente que nos necesita aquí en medio de la nada –razonó el joven de la
tierra.
-Tiene
poder suficiente como para volver –dijo el guardián de su elemento.
-Es
cierto… -les interrumpió el joven sonriendo- todo es cierto. Pero os he llamado
por otra razón. Oficialmente la guerra se ha acabado como bien sabéis, nuestro
objetivo se ha cumplido, la paz… se que todos hemos pagado costes muy grandes,
pero al fin nuestro papel aquí ha concluido. Por eso os he llamado para
liberaros de los elementos…
-¡No! –Exclamó
su amiga- tu corazón…
-Y todo
su poder… -completó viento.
-¡¡OS
LO DIJE!! ¡¡ESTA CÓMO UNA PUTA CABRA!! –exclamó el fuego avivando sus llamas.
-No es
lo más conveniente… -susurró tierra con voz tranquila.
-Lo se…
-dijo el joven tras unos segundos- pero por primera vez en mucho tiempo, confío
en mi propia fuerza. El sello debe ser roto. ¡Tú hechicero del tres al cuarto! –el
mago le miró con una sonrisa llena de orgullo- gracias por ser los ojos que
había perdido, mi grito en la batalla, mi compañero… mi hermano. A ti guerrera
del león –le dijo mirándole con dulzura mientras acariciaba su suave mejilla-
gracias por haberme salvado del peor de los destinos, por ser mi apoyo más
fuerte, por ayudarme a levantarme por mi mismo, por cuidar de lo más frágil en
mi… mi corazón. A ti compañero del viento, -le dijo mientras las marcas de su
piel comenzaban a brillar- gracias por ser el mensajero de mi voz, la humildad
y la inocencia que había perdido, la libertad de hacerme volar como un dragón.
Y a ti curandero… -él joven guardián le miró con interés- gracias por ser mi
curiosidad, el vendaje de mis heridas, la locura y la cordura al mismo tiempo,
los sueños y la razón. Si… -continuó tras unos segundos de silencio- gracias
por mantenerme con vida, por ser mi fuerza y mi armadura contra mis enemigos.
-No lo
hagas… -dijo la voz del mago del fuego mientras el joven clavaba la escamosa
garra en su corazón- ¿Y si nos vuelven a necesitar? ¿Y si te volvemos a
necesitar?
-Gracias
por ayudarme a convertirme en un auténtico maestro…
Y bruscamente lo sacó emitiendo un rugido. El sello de
madera ardió tras haber entrado en contacto con la luz del sol, y sus rodillas
cayeron pesadamente contra la arena. El mago del fuego y la guerrera del león detuvieron
su caída.
-Loco…
-susurró el médico.
-Si…
-contestó tras escupir algo de sangre- Si nos vuelven a necesitar acudiré… si… un
maestro debe estar siempre dispuesto a luchar por aquellos a los que ama ¿no? –y
reincorporándose mientras se apoyaba en su compañera pronunció lentamente el
inicio de una nueva leyenda- ¿Qué os parece empezar con esta isla?
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