sábado, 14 de enero de 2017

Los recuerdos del dragón


La brisa de un helado viento recorrió la verde pradera de izquierda a derecha. La fría nieve no iba a tardar en llegar. El sonido de los niños jugando en el cercano parque le sacó una sonrisa, un remanso de paz y al igual que su maestro él era su guardián y acudía a él en busca de paz y sabiduría siempre que sus asuntos se lo permitían. Caminó durante largos minutos resolviendo conflictos menores, peleíllas de dos pequeños, algo de basura en el suelo y la sobre energía de un gracioso perro. Si de algo se alegraba es de que sus batallas nunca hubieran afectado a aquel lugar. Pocos conocían de su relación a él, y el reducido grupo de personas que conocían su existencia o vivían allí, lo respetaban y cuidaban pues bien se sabía que estaba bajo su protección.
                -Veo que has mantenido este lugar en paz cachorro…
                -Sabía que en una fecha como esta volverías…  -respondió sonriendo y girándose hacia el anciano.
                -Y yo sabía que en una fecha como esta no podrías evitar volver por aquí.
                -A veces es necesario recordar y enfrentarse al pasado uno mismo para poder avanzar hacia el futuro… ¿recuerdas quién me enseñó eso? El momento decisivo se acerca, la última prueba decidirá de una vez por todas si soy el maestro que el mundo necesita.
                -Llevas un largo rato caminando… ¿sabes que vas a hacer?
                -No… -respondió  el dragón con un suspiro desplomándose sobre el suelo- pero iré y afrontaré lo que tenga que afrontar, miraré a los ojos de aquellos que me probarán y con toda mi fuerza les intentaré demostrar mi sueño y mi objetivo. Les enseñaré la posibilidad de crear un mundo sin guerras, sin injusticias… un lugar dónde las personas vivan el ahora, sin países, sin ninguna causa por la que morir, un mundo donde todos seamos uno, dónde todo sea de todos y dónde vivir la vida en paz. Si consigo eso… puedes llamarme soñador,  pero todos los sacrificios y esfuerzo habrán valido la pena. 
Al no oír su respuesta se giró, se había ido... y soltando una sonora carcajada, el dragón crujió los nudillos y llamando al viento desapareció sin percatarse de que ese mismo elemento transportaba un pequeño mensaje de papel: 
 No todos los héroes llevan capa y espada. Recuerda que un pirata nunca da explicaciones, un pirata no tiene miedo, un pirata es libre, un pirata protege a su tripulación, un pirata siempre lucha hasta el final... puede que este mundo necesite más piratas. A por ellos cachorro…

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