martes, 21 de marzo de 2017

Los capitanes del dragón




El gran salón se alzaba iluminado por las blancas antorchas blancas. No había guardias, ni soldados y como siempre ningún sirviente. Aquel castillo era sencillo pero a la vez imponente, nuevo pero a la vez cargado de viejos recuerdos, era pequeño pero a la vez grande, era difícil de explicar.
La tropa de capitanes entró lentamente hasta el centro del gran salón, sin escuchar ni un solo ruido, solo silencio…
                -Demasiado silencio… -comentó por lo bajo una de las capitanas.
                -Estoy de acuerdo, -continuó uno de sus compañeros desenfundando una de sus pistolas- estar atentos.
                -Yo no siento nada –dijo otro de los capitanes- de hecho creo que estamos sol…
Su comentario fue interrumpido por una fuerte patada que esquivó por los pelos. Una de las capitanas desenfundo una de sus espadas pero la verde sombra le golpeó con un puño haciéndola aterrizar tres metros más atrás. Sin dudarlo, su compañero apuntó con una de sus pistolas pero otra patada le hizo desviar su disparo distrayéndole lo suficiente para no ver como una gran explosión azul le mandaba a él y al otro capitán directos a un choque frontal con su compañera aun recuperándose del tremendo golpe. La capitana restante había podido bloquear cada uno de los ataques cuerpo a cuerpo, pero no pudo siquiera hacer frente al sordo golpe de viento que le golpeó en la cara haciéndola caer cerca de sus amigos.
                -¿Juntos? –preguntó uno de los capitanes desenfundado un nuevo revolver.
                -¡Juntos! –exclamaron el resto  al mismo tiempo.
El capitán no dudo ni un segundo en disparar. El disparo justo en el casco le hizo retroceder confundido, su compañera se lanzó con su bastón contra él, quién intentó desenfundar su espada pero quedando paralizado bajo una cúpula morada del otro capitán. El bastón golpeó con fuerza su pecho lanzándolo contra el gran trono. Antes de que pudiera levantarse de nuevo, tres espadas le clavaron su capa al trono dejándolo atrapado.
                -¿Creéis que eso es suficiente para pararme? –les dijo una familiar voz.
                -¡¡No!! –Repuso otra nueva persona desde las sombras saltando sobre él y pegando su daga al cuello- pero ahora si…
                -Ya era hora de que aparecieras… no podría haber invocado otra cúpula, tiene mucho poder.
                -Quítale ese casco del dragón… -repuso la capitana del bastón.
Él nuevo capitán, retiró su casco y al ver sus ojos verdes calló hacia atrás. La sonora carcajada engulló todo el salón.
                -¡¡Hola cachorros!! –Ahí estaba él su capitán, su maestro y mentor, su amigo… su hermano.
                -¡¡Maldito chiflado!! –exclamó uno de ellos bajando el revólver y enfundándolo -¡¡Porque nos has atacado!!
                -Porque es un estúpido… -respondió la voz de su otra capitana a su espalda. Al ver sus caras sonrientes al reconocerla continuó- quería comprobar por sí mismo si lo que dicen los rumores de vosotros era cierto, quería sentir cual era vuestro poder… cual había sido nuestro resultado final como mentores ¿Verdad maldito loco?
                -¡¡Palabra por palabra socia!! –Exclamó tras otra sonora carcajada- ¡¡QUE ENTRE LA COMIDA Y LA BEBIDA, SE LA HAN GANADO!! Ah, y quitarme estas espadas que casi me descalabráis…
El gran festín dio comienzo entre grandes risas y abrazos. El gremio estaba volviendo a encontrarse en aquella remota isla perdida de los asuntos del nuevo mundo. Un lugar dónde cualquiera podía decir lo que pensara sin temor a ser juzgado y mucho menos condenando, por primera vez en años el mentor por unos minutos pudo  sentir la paz al ver a sus más queridos discípulos reunidos una vez más.
                -Te dije que vendrían… -le susurro Garra de León mirándoles.
                -Se han vuelto extremadamente fuertes, llegarán mucho más lejos de lo que nosotros habríamos imaginado, ellos serán quien cambien el mundo de verdad…
                -Lo sé… -dijo ella besándole la mejilla- estoy muy orgullosa de ellos.
                -Yo también vieja amiga yo también…

No hay comentarios:

Publicar un comentario