Lectores y lectoras, esta entrada se va a centrar en una
forma de reiterar otra entrada llamada “supervivencia”, la cual según creo está
colocada en las más populares. Como comenté en esta entrada bastante antigua en
mi blog, cierto centro podría compararse con la selva misma. Una selva en la
que cada uno debe sobrevivir, y donde la ley del más fuerte, se toma como norma
general. Un lugar para mis ojos, gris, apagado, con personas sin personalidad.
Personas que anteponen antiguas disputas, a su verdadero deber. ¿Y quién era el
más fuerte? Os preguntareis. Yo os respondo, el más poderoso. Si, aquel que
debería proteger, guiar, y educar, al resto de bestias que tiene como
seguidores. Como ven salir de allí no fue nada fácil para mi, pues es un lugar que tiene como
única finalidad hacer sufrir. Perdí mucho en aquella selva negra antes de
conseguir escapar, perdí compañeros, que no dudaron ni un segundo en darme la
espalda en momentos claves, perdí la sonrisa, la cual no recuperé hasta que no
salí, y lo más doloroso, durante unos momentos, llegue a perder la confianza,
tanto de aquellos que me miraban, como la mía. ¿Cómo salí? Pues justo cuando ya
daba todo por perdido, mis ojos se abrieron mostrándome la verdad. No era yo el
problema, ni la selva, sino que el verdadero peligro era quien habitaba en
aquel lugar. Intenté demostrárselo a la gente desde dentro, pero claro, nadie
me creyó, y fue entonces y solo entonces cuando pude ver la salida, SI NADIE
CREÍA MI HISTORIA, YO HIBA A DEMOSTRARLA. Y luche, y trabaje con todo mi esfuerzo,
y con una sonrisa recuperada. Y al fin salí, y el mundo por fin lo vio. LO
HABÍA CONSEGUIDO.
Señores, puede que esta pequeña victoria no supusiera el
menor cambio para el centro en cuestión. Pero en realidad, si que marco el
comienzo de su fin, pues hoy me enorgullezco comunicaros, que mi historia se ha
repetido con otra generación, y otra generación ha vuelto a sobrevivir, y a
demostrar una vez más lo que yo demostré en su día. Otra gran persona, que con
su fuerza y moral, ha salido a base de tajos de machete. Me enorgullezco de este gran luchador, ahora
solo pido que siga luchando así de bien, y que no desfallezca nunca.
Lo mejor de todo, señores, es que por fin todo el mundo ve
lo que en realidad es. Un lugar peligroso, al que nadie ya se acerca. Pues
nadie quiere jugársela por un puñado de bestias que solo quieren ver sangre. Un
puñado de bestias que ahora se quedan solas, pues ahora la ley de la naturaleza
se ha puesto en su contra.
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