lunes, 24 de diciembre de 2012

La blanca sombra coronada.


El camarote estaba lleno. Los invitados no hacían más que discutir,  y planificar. El capitán, solo escuchaba, allí apoyado en la pared de su camarote, con su capucha blanca puesta. No movió un solo músculo, hasta que ella, la superior de la gran flota, se dirigió a él directamente:
            -Todo está organizado entonces. Solo queda por aclarar un par de puntos. El primero es que me han llegado noticias de cómo meses atrás has echado del barco a la antigua capitana del barco, cuando está se presentó a bordo para recuperar su antiguo puesto. –Una sonrisa apareció en el rostro del capitán. – Justo, sin duda, pero muy osado y poco efectivo, pues el gobierno central le ha dado un puesto de mayor importancia.
            -No me preocupa. – Contestó el capitán. – Solo hice lo mejor para la tripulación.
            -El segundo  punto a tratar, - Continuó ella. – es que en vista de estos acontecimientos, creo oportuno una subida de tu rango. Ahora además del capitán de este barco, serás nuestro contacto con este y todos los barcos que esperan tu llamada. Y dicho esto, no hay nada más que tratar aquí, esperamos noticias.
Cuando todos los capitanes, y su superior ya se encontraban en sus respectivos barcos, y a una amplia distancia. El capitán se quitó la capucha blanca y volvió al camerino. En su mesa un papel con su escudo, mostraba una elegante letra:
Mantén rumbo a la ciudad llana si quieres, yo no pienso cuestionar tu juicio, pero no tardes en responder al  gobierno central. Se están empezando a poner nerviosos.”

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