La gran mesa estaba mostraba un festín digno de reyes. Todos
y cada uno de los integrantes de la mesa, comían, bebían, y reían. Tal era la
alegría y la confianza, que entre gracias y bromas, el capitán decidió
compartir parte de sus recientes rumores con los comensales, pues quién mejor
que los que considera como hermanos para tratar un tema tan fascinante. Poco a
poco se levantó, se dirigió hacia su escritorio, y sacó las pequeñas notas de
entre sus mapas. Tranquilamente se volvió a sentar en su asiento, y sin mediar
palabra, colocó las notas sobre la mesa. Uno a uno los integrantes, las
observaron… y en un segundo el silencio reinó en el camarote. “Algo va mal” pensó el capitán, todos lo
miraban de forma extraña. Al cabo de unos minutos una voz burlona rompió el
silencio.
-¡¡Eso
no son más que tonterías, estúpido!!
“¡¡Porqué tiene que
utilizar ese deje despectivo!!”
-En
serio, ¿quién te crees que eres? No eres más que un necio por, plantearte estas
cosas.
-¿No
crees, que sería un error, dar por seguro, algo que no ha sido demostrado?
Quiero decir, no podemos desechar una idea por poco probable.
-¿Y tú
eres capitán? A ver si aterrizas y te dejas de tonterías.
“Espero que no esté
pensando lo que creo que está pensando…”
-Por
eso, seguirás siendo tan simple… no tienes capacidades…
El capitán sintió que una bestia se alzaba desde su
interior, y no sabía si esta vez podría contenerla.
-¡¡Con
quién te crees que estás hablando!! Soy alto mando, he viajado por tierras de
leyenda que tú jamás pisaras, y soy capitán de esta tripulación desde hace
cuatro años. Puede que yo no entienda tus experimentos y teorías, pero tú no
podrías llevar este barco, no te dudaría ni un par de días… solo mostrando esa
mentalidad… como capitán, la experiencia me ha demostrado que descubrir la verdad nos da el poder para
desvelar este mágico mundo en el que ambos vivimos. Si nos negamos a
posibles nuevas ideas o hechos, estaremos frenando nuestro propio progreso. Y
que te quede claro no pienso tolerar ninguna falta de respeto, porque en esta mesa
nadie es mejor que nadie… ni tu eres
mejor que un par de novatos, ni yo soy mejor que mi tripulación… porque el
mundo al igual que un barco lo hacemos navegar todos juntos… ¡¡nunca lo
olvides!! Se acabó la cena…
Uno a uno los invitados salieron del camarote del capitán, y
en silencio desembarcaron. Su segundo de a bordo se quedó a su espalda…
observándole.
-No
podría tragarse el orgullo una vez más capi…
-Esta
vez el cariño no doblegará a la realidad, compañero… lo siento, pero… cuando ha
empezado a calumniar, estuve punto de utilizar la peor de mis armas contra él…
y eso nunca debe ocurrir, por eso esta vez… necesitáis reflexionar… así que por
favor, por el bien de todos vuelve cuando tu corazón mueva más que tu orgullo.
Cuando su segundo de a bordo llego a la puerta, bajo la
capucha blanca de su uniforme, preguntó:
-¿Qué
arma era capitán?
-La que
es mi enemiga y a la vez aliada, la información. –Contestó el capitán sin
mirarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario