La brisa de un nuevo verano, el sol se alzaba vigoroso sobre
el cielo, el tiempo comenzaba a ser perfecto en aquel pequeño pueblo del norte.
Aun así, sus ojos no podían dejar de ver cómo el pequeño barco con la bandera negra
se alejaba en el horizonte, en silencio, con calma…
Ninguno de los dos habló. Solo permanecieron allí, sentados
en el tejado del pequeño castillo, observando en silencio cómo los que habían
sido su vida se alejaban. Habían pasado la última prueba, ya no eran aprendices
ni ellos sus maestros… él, sabía que este día llegaría, lo sabía, por eso no
dejó salir sus lágrimas al verles marchar, era necesario.
-¿Qué
pasara ahora? –le preguntó ella con dos transparentes lágrimas acariciando sus
mejillas.
Él no contestó de inmediato, solo la miró con ternura y
lentamente le envolvió en un abrazo. Ella era su compañera, su amiga, su apoyo,
había estado a su lado a las buenas y a las malas, y nunca le había pedido nada
a cambio salvo su amistad.
-No lo
sé –dijo abrazándola más fuerte cubriendo sus lágrimas– estoy feliz… pero…
-Tranquilo,
-dijo ella sin apartarse de él- has cumplido tu promesa…
Y allí se quedaron, horas y horas, oteando el horizonte ya
vacío, recordando risas, llantos, aventuras, miedos… todo. Y finalmente él
sonrió… habían sido lo mejor de su vida durante estos años, les había enseñado
todo cuanto sabía y conocía del mundo, algo que jamás nadie podrá arrebatar de
sus corazones… nadie había apostado por ellos, y ahora serían la esperanza de
este nuevo mundo… ellos llevaban a bordo todo su cariño y su corazón.
-Volverán…
-¿Y si
no? –le preguntó ella con temor.
-Hemos
educado personas libres… vuelvan o no, su corazón será sincero y puro… hace
mucho, al comenzar esta revolución, una leyenda muerta me visitó una noche. Un
joven capitán que había sacrificado su cuerpo y su mente por su tripulación,
todos pensaban que esa leyenda había muerto, incluso yo… pero allí estaba,
dándome fuerzas y apoyo antes de partir a su última aventura… ¿sabes? hace
mucho que no navego… ¿te gustaría comenzar otra aventura?
Ella lo miró sorprendido, y pronunció las palabras que
comenzaron la historia de una leyenda:
-¿Qué
rumbo tomamos, capitán…?
FIN
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