lunes, 21 de diciembre de 2015

El angel guardián (final): Ghost




El sonido de la furia del viento le dio la respuesta, había llegado a su reino. A sus pies, allí en los confines de la tierra, la fuerza de las olas al chocar contra el gran muro de piedra hacía retumbar cada rincón del reino. Era tan hermoso como peligroso. Y allí estaba él, en el límite de toda persona humana, en el reino del viento.
¿Por qué estaba allí? Se preguntaba mientras miraba hacía el precipicio, aun con sus heridas sin curar, solo… ¿por qué allí? no había nada ni humano ni animal, solo una pequeña alfombra de vegetación intentando sobrevivir a las difíciles condiciones del viento. 

¿Así acababa todo? Ya no había castillo, ni revolución, no había quedado nada… ni siquiera tenía a sus tropas… miedo, furia, pena se apoderaron de todos y cada uno tras el último ataque. Habían aceptado el triunfo de la injusticia, la muerte del amor y la lealtad. Solo tenía a sus compañeros… los únicos que le buscaron entre los escombros del trabajo de toda su vida… ¿seguían a su lado solo por lealtad hacía él? ¿Era el único estúpido que creía aún? ¿Les habría decepcionado tanto? Había intentado cumplir con su deber como guardián, les había querido, protegido… si, les había dado esperanza… pero lo único que había conseguido era destrucción, dolor… les había dado la vergüenza de tener que soportar el haber creído en algo bueno que el poder acabó corrompiendo, la vergüenza de tener que aguantar mentiras e injurias… y ahora ni siquiera sabía en qué punto del planeta se encontraban la mayoría. 
Notó como su pelo se erizaba y crecía, como su hocico comenzó a oler de nuevo todo a su alrededor, como su peso incrementaba sobre la tierra, el contacto de sus afiladas garras tocando el suelo… sabía lo que quería con seguridad, nunca había estado tan seguro de lo que su corazón quería, pero ¿por qué no podía cogerlo? La fuerza del viento acarició su pelaje, el sonido de la furia de las olas penetró en sus orejas…
¿Para eso había luchado? ¿Para ver cómo otros se llevan todo el mérito? ¿Para ver destruido todo aquello que solo su esfuerzo había logrado sacar adelante? ¿Para ver sufrir y alejarse a aquellas personas a las que tanto quería? ¿Era pues el último guardián? Sentía calor en su interior… cada vez más y más fuerte, abrasaba, le enfurecía… le arrancaba lo más profundo de su corazón…
El mundo se detuvo. El choque de las olas dejó de sonar, el viento dejó de soplar, los colores se tornaron en un gris aterrador. El rugido más fuerte de su corazón resonó por todo el reino. Congeló la tierra, desvió el movimiento del agua, rompió la frescura del aire.
¿En eso se había convertido? En una bestia… un simple animal que había saboreado la miel pero que perecía intentando conseguirla ¿una simple marioneta del destino? No… no lo toleraría…
Con la fuerza del oso, sus patas le precipitaron al vacío. En su caída en picado, el viento comenzó a acariciar su corazón y la agilidad del águila le hizo retomar el vuelo. Se sentía vivo, ya era hora de dejar de luchar por los demás, si tenía que ser un canalla sería el mayor de todos. Sería más silencioso que una serpiente, más rápido que el águila, más fuerte que el oso, avanzaría con la convicción del lobo con su manada. Sería más preciso que un disparo, más efectivo que cualquier veneno, más letal que nunca. Sería el fantasma de lo que un día fue, aquel que arruinaría a aquellos que un día le arruinaron. El mundo había perdido su más fiel protector… su último guardián. El invierno había traído a una nueva bestia, una criatura que nadie podría parar.
FIN

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