El sonido de sus pisadas contra la suave hierba, hicieron
que las peludas orejas del lobo se levantaran con atención. Su olfato natural
distinguió su olor. El dulce aroma de las páginas de un libro nuevo, del viento
en una noche estrellada, la fragancia del rey de los espíritus celestiales, no
había duda alguna… era ella.
-Vaya
así que estabas aquí… chucho escurridizo –su voz fue la respuesta que
necesitaba.
-Me has
encontrado… -dijo el joven de nuevo en su forma humana.
-Siempre
lo hago… -respondió ella con una sonrisa.
-Sí,
-reconoció él sonriendo- da igual cuán lejos esté, siempre eres capaz
de estar a mi lado.
-¿Ahora
me vas a decir porque he tenido que recorrerme todo este bosque hasta donde ya
ni el sol pasa entre las copas de los árboles?
-Acompáñame…
-dijo él tras un segundos tornando en un pequeño y anaranjado zorro.
El sonido de su voz hizo que la joven abriera los ojos con sorpresa.
Algo no iba bien…
Caminaron durante horas. Él delante, correteaba con sigilo y
elegancia, ella, lo seguía con cautela. Atravesaron ríos y cuevas, dejaron
atrás pueblos abandonados y destruidos, incluso pasaron bajo construcciones tan
antiguas como la humanidad misma.
-Cuidado
ahora… -le dijo el joven dragón de nuevo humano.
Lentamente su cuerpo desapareció bajo las raíces de un gran
árbol. Ella lo siguió y lentamente bajo el cobijo de la oscuridad quedó sola.
Durante unos minutos continuó el pasadizo hasta que el sol le deslumbró.
Poco a poco sus ojos pudieron vislumbrar el maravilloso
lugar. El sol atravesaba las copas de los árboles con una tenue luz blanca, las anaranjadas hojas de los árboles caían
lentamente produciendo una suave y húmeda alfombra. En el centro se alzaba una
hermosa fuente de piedra blanca.
Ella, dubitativa se
acercó, y viendo su reflejo en el agua respiró aliviada. Su yo del reflejo le
sonrió y lentamente se evaporó. A su alrededor el tiempo se detuvo, el viento
dejó de soplar, las hojas de los árboles dejaron de caer y el sonido de los
pájaros al cantar se detuvo.
-Veo
que estás más bella que nunca –su corazón comenzó a latir más deprisa. Él, el
más majestuoso y fuerte de los espíritus, estaba allí.
-Creía
que no volvería a verte…
-Sí, es
cierto, así era el trato… ¿verdad? –dijo el león- la vida del joven y a cambio
ser mi guardián en la tierra, y no volver a vernos jamás… pero tu amigo el
dragón siempre ha sabido encontrar la forma de tergiversar las reglas.
-¿Ha
sido… él?
-Encontró
el portal y nos llamó a todos, uno a uno. El dragón es una de las
constelaciones de la balanza, así que no dudo ni un segundo en meterse aquí y amenazar
con no comer ni dormir hasta que apareciéramos.
-Estúpido
insensato… -dijo ella poniendo los ojos en blanco.
-Insensato…
si, pero leal a fin de cuentas. Él nos contó cómo le salvaste la vida en otras cuantas
ocasiones, cómo aun a pesar de todas las dificultades siempre has estado ahí
para sanarle las heridas y ayudarle a levantarse y por supuesto, cómo enseñaste
y educaste a esos jóvenes a ser personas libres. Me ha contado cómo durante
años guardaste su congelado corazón junto con otros tres guardianes y cómo aun logrando
volver a hacerlo latir, lograste cumplir parte de su sueño más preciado. Ese
idiota ha chillado a todo el universo cómo aun a día de hoy tú con los miedos
propios de todo humano eres capaz de cagar con los problemas de los demás y ayudarles
a seguir adelante. No hay duda alguna sobre tu fortaleza joven guerrera, has
explorado nuevos mundos y has logrado convertirte en maestra de la verdad,
tienes el poder de dar sentido a aquellas angustias del mundo. Por eso antes de
que tu capitán se le ocurra volver a osar perturbarnos, te lego el poder del dragón. Un poder para los humildes y los bondadosos de corazón, para aquellos cuyo sentido de
la libertad se fusiona con un incansable amor a la vida y la verdad, para los
que no miran para atrás sino es para sonreír y enorgullecerse del camino
recorrido, ahora eres un símbolo de esperanza,
lealtad y justicia. Serás aquella que podrá volar por caminos nuevos, por
tierras de leyenda donde se te conocerá y recordará por ser quién un día hizo
del mundo un lugar mucho mejor. Toda estrella será tú guía y toda constelación
tu aliada. Sigue tendiendo mi mano sobre el necesitado y mi garra contra la
corrupción y la crueldad, demuestra lo que vales…
Como si como de un sueño se tratase, sus ojos se abrieron al
instante. Era de noche y las estrellas se podían entrever a través de las copas
de los árboles. Lentamente se incorporó y mirando a su joven amigo sentado a su
lado sonrió.
-Eres
un tonto…
-Vayamos
a buscar tu nueva armadura, -dijo él besándole la mejilla- esta noche otro
nuevo dragón ha llegado.
A mi amiga Ainara por sus 23 añazos, para que siga siendo ese ejemplo de lealtad y cariño que tanto admiro y quiero. Feliz Cumpleaños.
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