lunes, 8 de julio de 2013

La bandera negra de la esperanza.



Sus ojos se abrieron. Se había dormido en lo alto del acantilado. El oficial bostezó y miró al horizonte oscuro. ¿Por qué su capitán le había ordenado sentarse ahí en su ausencia? No hacía más que mirar al horizonte, pero nunca nada le había hecho levantarse. Y un día desapareció junto a la tripulación en la noche dejándole no más que la orden escrita en un papel.
El sonido del martillo le hizo volver a la tierra. Había alguien en el barco. A medida que se acercaba sus pelos se le erizaban por el miedo.
Una sombra acompañaba con el cuerpo a los martillos. No pudo reprimir el grito cuando unos ojos verdes, cansados y humedecidos se encontraron con los suyos. Sin duda el hombre de sucio pelo largo, barba poblada, y manchas de sangre y barro tanto en la piel como en su armadura de capucha blanca era su capitán.
                -¿Crees que aguantará? – Preguntó a su oficial.
                -No podemos hacer mucho más en esta playa, tendremos que arriesgarnos a navegar  e ir mejorándolo con el tiempo. - Y tras mirarle continuó.- Tenemos noticias. Se habla de una intrusa en numerosas bases navales del gobierno central, cuya forma de lucha es totalmente suicida, como si no tuviera nada que…
                -Lo sé.- Le cortó el capitán. – Habrá que comenzar con los preparativos, la tripulación…
                -¿Qué está pasado capitán? –Comentó el oficial bruscamente.- Nos entrenamos durante meses en otros mares, cuando volvemos nos recibe a balazos la armada del gobierno central,  juntos construimos otro barco, nuestra camarada nos abandona para siempre, pero los renegados  y cada vez más reclutas se unen a la causa, usted no deja de mirar al horizonte, hasta que un día tanto usted como la tripulación desaparece, y ahora después de días sin noticias suyas me lo encuentro aquí terminando el “Tres alas”. A la tripulación podrá escondérselo pero a mí no me engaña.
                -Coge ron y siéntate. – El oficial obedeció.- Entrenamos en los mares libres porque vi que la armada gastaba demasiado tiempo con nosotros y no me dio buena espina, cuando nos recibieron a balazos se confirmó mi sospecha no buscan proteger si no controlar, y nosotros somos una amenaza para su coartada “pacífica”, al construir un nuevo barco y no darnos por vencido, movilizamos a los renegados a volver con nosotros, y al pueblo a plantar cara, no entiendo por qué nuestra camarada nos ha dejado, tengo mis sospechas pero no lo sé a ciencia cierta, mis ausencias se han centrado sobre todo en poder recabar información sobre los movimientos de la armada, y poder buscar a nuestra camarada. Pero desafortunadamente lo segundo depende más de ella y menos de nosotros. En cuanto a lo primero, según lo que he podido ver se acerca otra guerra. He intentado evitarlo desde que terminó la anterior, y hemos avanzado mucho, esta vez la armada tiene una pequeña “fisura” que pienso aprovechar. Así que iza esta bandera. – Dijo lanzándole al oficial la bandera.
El oficial la desdobló. Su símbolo se encontraba en el centro pero todo rodeado de un color negro  y acompañado de una calavera.
                -Pero esto es…
                -Eso es nuestra bandera, arriba oficial, le acabo de explicar que estamos en guerra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario