sábado, 22 de marzo de 2014

El suspiro del viento



La lluvia seguía cayendo fuera. Su camerino se encontraba en silencio mientras él miraba por la ventana. El pequeño reloj de arena se encontraba en la mesa, pasando granito a granito de la parte alta a la baja, lentamente, pero sin detenerse.  El capitán miró al cielo gris. “Mi corazón ¿eh?” pensó. Lentamente levantó la vista y miró su camarote. Fotos, dibujos, mapas, amuletos, todo estaba lleno de recuerdos… “qué rápido olvida todo el mundo, a  los que lucharon a su lado”. Había conseguido lo imposible solo… ya era hora de dejar de luchar por los demás.
Abrió la puerta del camerino, y llamo a su tripulación inicial. No eran más que ocho y eran la piedra preciosa de su tripulación, el origen de sus aventuras…
                -Dar permiso indefinido al resto de la tripulación, que descansen durante unos meses. Vosotros viajareis conmigo… como los viejos tiempos. Sé que aún quedan resquicios de personas que desean un gobierno de los mares, sé que un mago del fuego está planeando su golpe, sé que no tenemos noticias de la reina central, pero… naveguemos hacia el norte.
Sin dudarlo ni un segundo, cada uno de ellos cumplió la orden, eso es lo que le gustaba de ellos, confiaban en él ciegamente, y él en ellos también.
Cuando todos y cada uno de los tripulantes se marcharon deseosos de ese descanso. El barco zarpó. Su capitán siempre fiel a sus ideas marcó el rumbo, su pequeña tripulación fiel a su capitán hizo posible el nuevo rumbo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario