martes, 28 de octubre de 2014

El peón del desierto Parte 2ª.



Sus ojos se abrieron devolviéndole del vacío sueño. El paisaje era aún desolador… cualquiera hubiera muerto de sed, hambre, o incluso de locura debido al intenso y constante silencio, pero él seguía allí… sentado en el centro de su mortífera creación.
A miles de kilómetros de allí, en esa pequeña sala en ninguna parte, Fuego, se revolvió en su asiento.
                -¡¡NO PUEDO MÁS!! –Exclamó la ardiente joven.- ¿PORQUÉ NO SE MUEVE?
                -Debes ser paciente Fuego…
Pero la voz del sabio Tierra quedó interrumpida por el repentino apagón de la sala. La luz, y el calor se habían ido…
De entre las cenizas como un hermoso fénix, la más bella de las mujeres apareció. Sus ojos la observaron… desprendía luz, fuerza, pasión, furia,  calor…
                -¡¡SAL DE AQUÍ!! –le gritó avanzando hacia él de forma agresiva.
                -Sácame tú, si lo deseas…
Aún sentado, solo esperó a que la mano de fuego le atravesara el corazón. Ella emitió un grito de asombro… la carne no quemaba, el corazón no estallaba, él no gritaba… nada ni nadie había conseguido sobrevivir a un ataque como ese… ¿quién era ese joven?
                -¿QUÉ PASA? ¡¡ESTA FRIO!!
                -No podrás realizar tu ataque… lo siento…
Sus ardientes rodillas cayeron pesadamente en la negra ceniza, su última mirada antes de desaparecer fue para sus vacíos ojos verdes. Y fue así y solo así como Fuego comprendió que a ese joven  ya le habían quemado por dentro.

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