sábado, 14 de febrero de 2015

Nightfall



La brisa recorría cada rincón del silencioso castillo. No se escuchaba el tintineo de los cocineros, los martillazos de los herreros, los gritos en el patio de armas, nada… salvo el ligero murmullo de la pluma al rasgar el papel. Su mano se movía con agilidad y precisión, allí sentado en silencio, amparado por la tenue luz de una pequeña lámpara.
                -Deberías estar disfrutando…
No levantó la mirada de su tarea, ni se volvió… ni siquiera cesó su el murmullo del contacto de la pluma y el papel.
                -Necesitamos actuar con rapidez, estar preparados…
                -Pero no hay nadie en el castillo…
                -¿Acaso importa? –Preguntó sin dejar de escribir- Yo mismo les he dejado irse esta noche, sabrán que tienen que hacer…
                -¿Y tú? –preguntó el visitante jugueteando con sus dorados rizos.
                -¿Yo? Yo no estoy aquí hoy…
                -¿Y dónde estás?
                -A cientos de kilómetros de aquí, en un lugar donde nunca he estado.
                -¿Por qué? –preguntó el rizoso joven asombrado.
                -Porque tú lo has querido así…

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