Un día como hoy, uno de tantos del año, un día normal vaya,
no recuerdo si lluvioso, soleado, antes de comenzar este gran viaje, esta gran
aventura… fui honrado a portar el símbolo que hizo que comenzara todo. Extraño
a ojos de cualquiera, pues no todos
saben apreciar el verdadero significado de su ser, pero cargado de recuerdos y
enseñanzas. Procedente de la mitología celta, se le asociaba a la buena suerte,
un símbolo de protección… fue mi decisión portarlo, y a día de hoy me siento
orgulloso de haberlo defendido a capa y espada. Te parecerá tonto viniendo de
alguien como yo, pero siempre que lo portaba me sentía cómodo, pues era el
símbolo de los que me enseñaron a ser quien soy, y créeme aunque parezca
absurdo, me dio el poder del viento, me dio alas… alas fuertes, resistentes,
llenas de pasión. Con ellas, comencé el viaje en el que os encontraría, pero no
nos adelantemos a los hechos. Como decía comencé esta travesía una travesía
difícil sin duda… pues eso que tanto había costado conseguir estaba siendo
amenazado. Todo parecía perdido, muchos portaban en ese momento ese símbolo,
haciendo gala de sus tres valores LEALTAD, LIBERTAD, Y AMOR, pero con el tiempo
poco a poco todos y cada uno de ellos fueron desapareciendo.
“Dejarlo, abandonar,
no merecía la pena…” decían los pocos que quedaba, y yo un joven novato ya
no sabía qué hacer, ¿debía seguir adelante como me habían enseñado, o confiar
en las palabras de derrota de personas que me superaban en experiencia y rango?
Y cuando ya todo estaba por perdido aparecisteis… y lo vi, en vuestra mirada,
en vuestras palabras, vi la chispa… la última esperanza. Intenté convencer a
los pocos que quedaban, pero nadie escuchó a un novato… y llegó la promesa que
allá mucho tiempo atrás hice… sin saber cómo, gracias a ella hice frente a lo
que se nos echaba encima. Y todos desaparecieron… ya solo un guardián portaba
el símbolo que tanto nos ha dado. Pero continué, aposté por vosotros… me
arriesgué, cumplí mi promesa, y juntos hemos reído, aprendido, jugado, llorado,
cantado, viajado. Hemos estado en lugares lejanos, hemos visto colores,
sensaciones, sentimientos… hemos navegado portando nuestra bandera de la
libertad, hemos jugado con la magia de nuestros corazones… JUNTOS HEMOS APRENDIDO
QUE NADA NI NADIE NOS SEPARÁ. Gracias a todos estos años juntos, he enseñado y
he aprendido que merece la pena luchar por lo que amamos, que vale la pena
arriesgarse, que siempre hay esperanza, que el amor puede machacar a la
hipocresía, que la lealtad nos demuestras quien somos y porqué luchamos, y que
la libertad nos da la oportunidad de decidir quién queremos ser. Todos estos
años he luchado cada día, hora, minuto, o segundo por vosotros, porque sé que
juntos… no hay quien nos pare.
Y hoy, un día normal, soleado en este caso, me he dado
cuenta que una de nosotros se ha convertido en lo que más orgullo me puede dar,
una PERSONA AUTÉNTICA. Inteligente, sagaz, llena de energía y pasión, alguien
que no duda proteger a quien ama, que lucha por lo que quiere, que no se
avergüenza de sí misma. Una persona que sonríe al que llora, que levanta al que
cae, que abraza quien lo necesita… cuyo corazón solo muestra bondad y justicia.
Una persona de la que no puedo estar más orgulloso, alguien que se ha ganado mi
respeto y confianza. Una vez me agradeciste el señalarte el norte cuando
perdías el sur, hoy yo te doy GRACIAS POR SER EL SUR AL QUE SEÑALAR EL NORTE.
Hoy te hago entrega de lo que me ha acompañado casi toda mi vida, de lo que nos
ha permitido encontrarnos, te doy el recuerdo
de muchos, mi pasado, mi presente, mi futuro, te entrego la base de nuestra
historia, para que tú la portes con orgullo, porque decidas lo que decidas,
sepas que tu gremio siempre te querrá como el primer día. Así que con mi mano
levantada y haciendo nuestra señal grito a los cuatro vientos: FELIZ CUMPLEAÑOS
SARA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario