lunes, 27 de agosto de 2012

La calurosa sonrisa helada.


Una larga ráfaga de aire frio acarició su rostro. Él caminaba tranquilo, sin ninguna prisa, su espalda mostraba de forma elegante el dorsal, siempre en su espalda, nadie podría entender jamás lo especial de ese amarillento número.
Comienza el show. La primera oportunidad sale a relucir, pero el otro conjunto se encarga de romperla. El contrataque es cortado, y el segundo intento nace, pero al igual que el anterior intento todo acaba con lo que pudo ser y no fue.
El calor conquista cada parte de su cuerpo. Y es entonces cuando ocurre el fenómeno tan esperado. Pequeñas y heladas plumas blancas comienzan a caer sobre el césped, el terreno comienza a endurecerse por el frio. Tercera oportunidad, él corre sin ningún tipo de dificultad, ahora él tiene el control. Observa su objetivo, y sin dudarlo suelta toda su fuerza, y por fin, el primer golpe certero. El tiempo corre, y el control sigue siendo de los suyos, un golpe tras otro el otro conjunto se debilita. Se acaba la función, la gloria del día era suya, que bien se sentía, es extraño, el cielo negro, su cuerpo empapado, su estómago rugiendo, ¿y él se sentía bien por solo un poco de nieve? Sin duda la cordura lo había abandonado, pero nunca olvidara esa sonrisa.

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