Lo vio… un destello en la oscuridad. Sin siquiera planteárselo,
estiró la mano agarrando el metálico objeto. Su cuerpo tendido aun en el suelo,
se fue irguiendo aun emitiendo rayos y descargas
eléctricas hasta mantenerse apoyado en la rocosa pared. Las gotas de sudor de
su pelo golpearon de forma implacable y silenciosa el suelo de piedra… estaba
en una cantera… pero no había recordado haber llegado allí.
Su mano se abrió lentamente, y sus ojos estupefactos
observaron ese amuleto perdido, ese amuleto que siempre aparecía en los peores
momentos. Sin pensar, dirigió su amuleto a la insignia que portaba en su
cuello… ¿Le ayudaría esta vez? ¿sería suficiente?… sin duda estaba cayendo en
la locura, los delirios le hacían desvariar.
Cerró los ojos con esperanzas de descansar… su debilitado
cuerpo le hizo caer en el reino de Morfeo, sin inmutarse siquiera de cómo su
mano aun sostenía la moneda en su cuello.
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