La oscuridad reina en la habitación. Cuando tus ojos ya
consiguen vislumbrar la puerta, decides prepararte el desayuno, te duchas, y
mientras te afeitas no puedes imaginar que una llamada puede suponer un 50% de
probabilidades de cortarte. Sorprendido por conservar el gaznate, te pones en
contacto. Una reunión, y posiblemente una puerta que se abre ante ti. Sin
dudarlo te preparas y sales corriendo, “esta oportunidad es mía” piensas.
Llegas a tu destino. Encuentras a tu amigo, tu compañero,
este indicándote el lugar que no debes ocupar comienza una conversación muy
interesante para ambos, cuando te quieres dar cuenta unas suaves manos te tapan
los ojos, para que engañarnos el primer pensamiento fue: “QUE COJONES….!!!”,
pero medio segundo más tarde comienzas a darte cuenta, un sentimiento de
emoción recorre todo tu cuerpo y piensas: “No, no puede ser, están muy lejos”,
y cuando por fin tus ojos pueden volver a tener la libertad, compruebas que SI,
SI QUE PUEDE SER, estaban a allí, y tonto tú que no te has enterado de nada.
Comienza en ese momento un día que nunca se va a olvidar.
Entre sonrisas, abrazos, y demás muestras de afecto que
tanto te gustan, decidís comenzar el viaje, y en menos de un minuto el Renault
Megane, conquista la carretera, aunque quizá un poco sobrecargado. Un recorrido
divertido sin duda, aunque tú te lleves un doloroso recuerdo en el brazo. Abres
la puerta y una brisa marina te saca tu mejor sonrisa, y aunque un bote de
pintura te haya chafado la cazadora, ríes, ríes, y ríes, podrían insultarte a
la cara, pero ese día, tú seguirás sonriendo. Tras un agradable paseo, rugen
las tripas, hora de comer, sin duda lo más simple es lo más agradable. Ya con
tu bocata hecho, una agradable vista, y sobre todo con buena compañía, comienza
un festín muy difícil de igualar. Historias graciosas, interesantes, agradables
reinan en el ambiente. La comida se acaba, pero vosotros seguís allí
disfrutando, es entonces cuando tú, con el sol acariciando tu cara, quieres que
todo se detenga, que ese momento tan dulce nunca acabe, y que siempre te acuerdes
de todas esas sonrisas.
El reloj, te devuelve al mundo, es hora de regresar. Todo
parecía tranquilo, hasta que algunas miradas clavadas en vosotros, hacen que tu
corazón, retumbe cada vez más fuerte, afortunadamente no es nuestro turno de
parar, continuamos camino, pero es necesario descansar un momento, la situación
ha sido inquietante. Cuando por fin comenzamos a respirar con normalidad,
aparecen el doble de ojos, quizá evalúen, o quizá cuenten, es necesario hacer
doble tanda de viajes.
La primera parte del grupo llega por fin, ahora es necesario
que dos expertos en caminos vuelvan a por la otra parte. Se marchan, y comienza
otro agradable recorrido por tiendas, exposiciones, y sillones de masaje.
Risas, conversaciones agradables, opiniones compartidas, te sientes bien, “¿porqué
se tienen que marchar?” te preguntas a ti mismo, pero agradecido transformas
todo lo vivido en abrazos.
Cuando tus ojos ya no ven el coche, sientes añoranza, pero
felicidad. Es evidente que por mucho que pase el tiempo, seguirás siendo afortunado
por tenerlos a tu lado.
ohh..Me encanta!! jaja
ResponderEliminaros merecéis esto y mucho más!!! jaja
Eliminar