domingo, 20 de enero de 2013

El recuerdo del último bufido del toro.

El pasado, está lleno de momentos en los que nuestra propia mente se transporta. A veces, de una manera inconsciente, otras por añoranza, y otras por el simple hecho de encontrar una sonrisa en un momento de oscuridad.
Pero  hoy no voy a hablar de momentos pasados, sino de las personas que hacen posible que esos momentos sean únicos. Hoy se cumple un año más de la marcha de una persona inigualable. Una persona respetada no solo por su fuerza física, sino que también por la fuerza de sus valores. Alguien que siempre lucho, y si puedo decir LUCHÓ, para intentar conseguir el mejor futuro posible para él y los suyos. Puede que no fuera licenciado, ni viajara por el mundo, y puede que no pudiera presumir de trabajar en lo que le gustaba, pero a pesar de eso se supo ganar el respeto del mundo solo con su gran corazón, y con una humildad que todavía hoy son recordados.
Como decía, hoy se cumple un año más en el que mi camino se separó del suyo, y a día de hoy no he encontrado ni hombre, ni mujer que iguale la grandeza de esta persona. Y es en realidad eso lo que le falta por comprender al ser humano para alcanzar la grandeza: “no es grande lo que  puede tener o tiene el ser humano, sino el cómo utilizarlo”.

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