lunes, 28 de enero de 2013

Viento de noticias.



El viento era el principalmente molesto en la isla aquella fría mañana. Una de las islas con más movilidad de la región se encontraba ese día completamente desierta y en silencio. “Todo por culpa del viento” pensó la condecorada mujer, apoyada en la gran terraza de su lujoso despacho. Tan absorta estaba en sus pensamientos que no pudo evitar sobresaltares cuando un hombre con una túnica de guerra con capucha blanca apoyado en la pared a pocos metros de ella le habló:
            -Bonito despacho, si, parece que los jefazos se han portado contigo bastante bien. ¡Vaya vistas!
            -¡TÚ! ¿¡CÓMO HAS ENTRADO!? – Grito ella tras recuperarse del sobresalto - Te está buscando la mitad de los hombres del gobierno, y tú tan campante paseándote por el despacho de una de sus altos cargos. ¡ESTAS LOCO, SI CREES QUE TE DEJARÉ SALIR!
            -Yo tampoco me alegro de verte descuida. Solo vengo a decirte dos cosas, y volveré con mi tripulación. La primera, es que sois tan arrogantes que no os disteis cuenta de que una de mis segundos de a bordo, consiguió espiaros durante dos meses, dándome información de cada paso que dabais. Información bastante interesante, como por ejemplo, el cómo te regodeas de todas nuestras victorias atribuyéndote el mérito. ¿En serio piensas tus superiores se han creído esas patrañas?  En fin, eres más ilusa de lo que pensaba, pero por mí puedes seguir mintiendo a todo el mundo. El segundo punto de nuestra conversación, consiste en un mensaje de mi parte para tus queridos superiores. Les comunicarás que ya he localizado el barco con forma de isla, que han fracasado en su intento de digamos “hacerme llegar a su manera”. ¡Nada más! Así que sin más te dejaré otra vez con tus pensamientos.
            -¿En serio crees que te dejaré marchar así como…?
Pero era demasiado tarde, el capitán se había marchado, y con él toda la fuerza del viento.
           

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