martes, 19 de febrero de 2013

Manos que aún se deben entrelazar.

Humanos. Eso nos hacemos llamar, seres humanos, pero a la hora de la verdad, ni en esto coincidimos. Pues claro, no es lo mismo una persona nacida en Francia, que una nacida en España, ni si has nacido en Asía o en América, o si “desciendes” de una familia del norte, o del sur. Muchos aún os preguntaréis ¿a dónde quiero llegar?, fácil, quiero llegar al GRAN ERROR HUMANO. Diréis, ¿error humano? Si señores, error. Error, en primer lugar por afirmar igualdad cuando después nos giramos al de nuestro lado y soltamos un: “Si, porque yo soy de aquí hasta el fin”. Y error en segundo lugar, por afirmar igualdad, mientras que culpamos de nuestros problemas a todo el mundo, en lugar de buscar una solución. Señores, igualdad NO quiere decir todos iguales, pero yo sigo sin aceptar a personas de otros países, igualdad NO quiere decir, yo no soy el responsable de la crisis, desempleo, o deuda, pero voy a seguir gastando a diestro y siniestro, igualdad NO es: “estos inmigrantes nos quitan el trabajo”, igualdad señores no es decir: “Hoy se incorpora un nuevo compañero asiático”

La verdadera esencia de la igualdad, señores radica en mirar a nuestro lado y ver PERSONAS, sin importar, conflictos del pasado, procedencia, familia, o color de piel. Igualdad es, ayudarnos porque simplemente nos necesitamos. Eso son verdaderos seres humanos, personas juntas, y unidas, para lograr algo que de momento nadie ha conseguido ni siquiera rozar… hablo de conseguir destruir la fragilidad de nuestra propia existencia, y lograr de una vez por todas sobrevivir, y perdurar.

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