Humanos. Eso nos hacemos llamar, seres humanos, pero a la
hora de la verdad, ni en esto coincidimos. Pues claro, no es lo mismo una
persona nacida en Francia, que una nacida en España, ni si has nacido en Asía o
en América, o si “desciendes” de una familia del norte, o del sur. Muchos aún
os preguntaréis ¿a dónde quiero llegar?, fácil, quiero llegar al GRAN ERROR
HUMANO. Diréis, ¿error humano? Si señores, error. Error, en primer lugar por
afirmar igualdad cuando después nos giramos al de nuestro lado y soltamos un: “Si, porque yo soy de aquí hasta el fin”.
Y error en segundo lugar, por afirmar igualdad, mientras que culpamos de
nuestros problemas a todo el mundo, en lugar de buscar una solución. Señores,
igualdad NO quiere decir todos iguales, pero yo sigo sin aceptar a personas de
otros países, igualdad NO quiere decir, yo no soy el responsable de la crisis,
desempleo, o deuda, pero voy a seguir gastando a diestro y siniestro, igualdad
NO es: “estos inmigrantes nos quitan el
trabajo”, igualdad señores no es decir: “Hoy se incorpora un nuevo compañero asiático”.
La verdadera esencia de la igualdad, señores radica en mirar
a nuestro lado y ver PERSONAS, sin importar, conflictos del pasado, procedencia,
familia, o color de piel. Igualdad es, ayudarnos porque simplemente nos necesitamos.
Eso son verdaderos seres humanos, personas juntas, y unidas, para lograr algo
que de momento nadie ha conseguido ni siquiera rozar… hablo de conseguir
destruir la fragilidad de nuestra propia existencia, y lograr de una vez por
todas sobrevivir, y perdurar.
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