sábado, 25 de mayo de 2013

La hoguera de la esperanza



La hoguera, delató su posición, y ahora lo había localizado. Ella bajo su capucha blanca caminó sobre la arena hacía la gran fogata, y allí lo encontró sentado mirando al fuego, sin su capucha, ausente, sin su habitual sonrisa. Solo miraba al fuego como si de un vacío se tratase, absorto en sus propios pensamientos. Ella se quitó la capucha y sentó a su lado, y con cierta duda preguntó:
                -¿Qué haces?
                -Nada – Contestó el capitán – No hago nada, ese es el problema. ¿Qué haces aquí, ya has tomado una decisión?
El silencio le dio la respuesta.
                -No lo entiendo – Empezó el capitán – Si no has tomado una decisión, ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué llevas nuestras ropas?
                -No lo sé.
El capitán se levantó, y tiró un pequeño papel al fuego, el cuál obediente engulló y redujo a cenizas en segundos. Tras verlo desaparecer, el capitán dio media vuelta y comenzó a alejarse de la hoguera.
                -¿Qué era eso? – Preguntó la capitana aun sentada al lado del fuego.
                -Algo que solo tú puedes recuperar.
Y un segundo después una ráfaga de viento hizo desaparecer al capitán. Y la playa, y la hoguera ya no parecieron tan seguras. 

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