Señoras y señores, hoy en este blog se abrirá el telón a una
realidad que aun estando demasiado presente en nuestra sociedad, parece estar
lejos de erradicarse. Pero comencemos la historia, por donde comienzan todas
las historias… por el principio. Encontrándome en una pequeña reunión familiar,
a la que he de decir no acudí por gusto y ganas, he sido testigo de una
situación que a mi entender me parece vergonzosa. Una de mis familiares,
empezando una relación con un joven de otra nacionalidad, decide pedirle que le
acompañe al evento para conocer a la familia, ya saben lo típico de suegros, y
cuñados que se conocen y bla bla bla.
Todo parecía perfecto e idílico para la feliz pareja, pero
como siempre pasa en este tipo de reuniones, de entre todos los aspirantes a
groserías y a ser, para que engañar, una auténtica vergüenza como persona,
surge uno que sobresale de los demás, animando e incitando a comportamientos y
actitudes bastante alejadas de lo adecuado. Es decir, en el momento en el que
la pareja se alejó del lugar, y sin haber pasado ni siquiera 30 segundos de
haberse presentado cordialmente, este… llamémoslo “cabestro inculto” lanza el
primer comentario de la jornada:
“Pues vaya este seguro
que es un delincuente que viene a rascar dinero”
Seguido de un:
“Yo no soy racista…
pero las cosas como son, no me hace
gracia que se mezcle sangre de este tipo en mi familia”.
Ante esta situación, he de decir que mi indignación salió a
la luz a modo de reproche generando una discusión completamente absurda con
gente completamente ignorante. A pesar de mis intentos de uso de raciocinio y
de la lógica, solo he podido sacar en claro que en primer lugar, estaba rodeado
de analfabetos, incultos y retrógrados, que aún viven en un pasado donde las
libertades de la gente eran coaccionadas, y en segundo lugar, que también
estaba rodeado de hipócritas que se hacen creer a sus parejas, o esposas que
saben lo que es el amor de verdad.
Bien para empezar, con esto último, yo tengo claro, que el
amor no entiende de razas o culturas. Si dos personas se quieren, no veo
motivos para que nada ni nadie se interponga en su camino con problemas
absurdos y triviales, que lo único que hacen es aumentar la estupidez de los
hombres. Y si alguien está en contra de esto, diré sin tapujos que esa persona
es escoria que lo único que hace es alimentar prejuicios que dividen a una única
raza, la raza humana.
Otro aspecto que me gustaría destacar, es como a modo de
escusa, apelaban al apellido como un signo de nacionalidad, a lo que yo me
pregunto, ¿Es el apellido el que hace a un hombre o mujer? ¿O son más bien
nuestros actos los que nos construyen como persona?
Como siempre suelo hacer, meto todo hacia mi terreno, y como
futuro maestro (espero…), tengo claro que una de las primeras cosas que voy a
dejar claras en mi día a día, es no tolerar ningún acto o comentario racista, y
educar a los niños para que jueguen con niños ya sean blancos, negros, o azules,
me da igual. Todo el mundo merece ser tratado en condición de persona, así que
eliminemos por favor los prejuicios de una vez, y empecemos a convertirnos en
personas cultas, y adaptadas a un mundo cada vez más unido.
Y esta vez para terminar, por primera vez en la historia de
este blog, me niego rotundamente a pedir
perdón si alguien se ha sentido ofendido. Si esta entrada le resulta ofensiva,
apague el ordenador, y por favor no vuelva a ensuciarlo con su tacto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario