miércoles, 10 de septiembre de 2014

El miedo de la luz



Un latido… dos latidos… tres latidos… cuatro, cinco, seis… su mano apretando el pecho, ¿Qué estaba pasando? Cada vez iban más y más rápido. Hacía calor, había mucha gente, quería salir, no quería estar allí. Su respiración… era cada vez más entrecortada… le estaba costando respirar… ¿Qué era aquello?
Sentía frio… el frio látigo del miedo. Aquello era totalmente desconocido, y no le gustaba… le agobiaba, le oprimía. Sus pasos le llevaron al exterior, hacía calor… demasiado calor… no aguantaba allí.
Caminó con la mano en el pecho, y al fin logró llegar al inmenso parque. No sabía por qué se había dirigido allí,  pero en su interior sabía que estaba en el lugar adecuado.  Caminó en silencio, sin apresurarse… todos los recuerdos sobre aquel lugar afloraron a medida que caminaba, había rozado la felicidad en aquel lugar.
Lentamente se sentó bajo la sombra de un árbol… ¿Qué le había pasado? ¿Qué había sido eso? Tenía miedo… cerró los ojos, y comenzó a sentir… el viento, los niños riendo y jugando, los pájaros… no podía volver a repetirse nada de aquello, no lo permitiría. 

Suspiró… abrió los ojos… y tras recostarse  en la hierba durante unos largos minutos, se levantó orgulloso. Aunque el frio muro de su interior se completaba, el nudo que tanto le oprimía había desaparecido por unos minutos. Era inevitable… su propia naturaleza al fin había surgido, haciéndole elegir esa opción que le hacía ser él mismo, pasara lo que pasara.

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