sábado, 29 de diciembre de 2012

Golpes y sonrisas.


La noche era tranquila. Una brisa helada, devolvió a la tierra a la segundo de a bordo. Hacía ya tres días que habían llegado a la ciudad llana, y él aún no había vuelto. Aún recordaba las últimas palabras de su capitán antes de adentrarse en el tenebroso bosque que había al lado de la ciudad llana: “Descansar, toda la tripulación, pues va a ser el último momento de tranquilidad antes de responder al gobierno central. Al tercer día esperarme en la parte de atrás de la isla”. Y allí estaban, esperando, en plena noche de invierno frente al final del negro bosque, y una desierta playa.
Sin previo aviso de la espesura del bosque, una sobra blanca apareció. Avanzaba muy lentamente, como si cada paso supusiera un gran esfuerzo. Cuando esta llegó a la playa, el viento transporto hasta el barco un sonido seco, un golpe, apenas perceptible por un oído humano.
Cuando el viento amainó y torno a la normalidad, un hombre de traje de viaje y capucha blanca se adentró en el camerino. El capitán había vuelto, pero su aspecto era detestable. Sus ropas rasgadas, sus labios mostraban una brillante linea roja, y sus brazos ensangrentados, y llenos de golpes y contusiones. Pero a pesar de todo el capitán sonreía como el hombre más feliz de la tierra.
            -Pero capitán, -comenzó la segundo de a bordo con cierta timidez. – no lo entiendo, ¿por qué adentrarse solo en el bosque? y ¿qué ha encontrado en su interior para volver en este aspecto?

El capitán comenzó a recordar, cómo se había encontrado a  todo tipo de criaturas: monstruos y bestias de tamaños y ferocidad inmensos, hordas de centauros, elfos cazadores, dragones, magos… todos ellos se enfrentaron a él, tan dura habían sido las luchas que su espada acabó por quebrarse. Pero no todo había sido lucha, había recordado viejos tiempos, había explorado lugares donde los hombres soñarían llegar y nunca encontrarán, había reído y llorado como un niño, y había planificado mucho mejor sus destinos. Y en ningún momento había estado solo, ¿Cómo podría explicar a la tripulación que  tantos golpes y arañazos era lo que le hacía sonreír, aunque pareciera extraño? Tendría que empezar de nuevo desde el principio:
           -Todo comenzó cuando me adentré en el bosque…

lunes, 24 de diciembre de 2012

La blanca sombra coronada.


El camarote estaba lleno. Los invitados no hacían más que discutir,  y planificar. El capitán, solo escuchaba, allí apoyado en la pared de su camarote, con su capucha blanca puesta. No movió un solo músculo, hasta que ella, la superior de la gran flota, se dirigió a él directamente:
            -Todo está organizado entonces. Solo queda por aclarar un par de puntos. El primero es que me han llegado noticias de cómo meses atrás has echado del barco a la antigua capitana del barco, cuando está se presentó a bordo para recuperar su antiguo puesto. –Una sonrisa apareció en el rostro del capitán. – Justo, sin duda, pero muy osado y poco efectivo, pues el gobierno central le ha dado un puesto de mayor importancia.
            -No me preocupa. – Contestó el capitán. – Solo hice lo mejor para la tripulación.
            -El segundo  punto a tratar, - Continuó ella. – es que en vista de estos acontecimientos, creo oportuno una subida de tu rango. Ahora además del capitán de este barco, serás nuestro contacto con este y todos los barcos que esperan tu llamada. Y dicho esto, no hay nada más que tratar aquí, esperamos noticias.
Cuando todos los capitanes, y su superior ya se encontraban en sus respectivos barcos, y a una amplia distancia. El capitán se quitó la capucha blanca y volvió al camerino. En su mesa un papel con su escudo, mostraba una elegante letra:
Mantén rumbo a la ciudad llana si quieres, yo no pienso cuestionar tu juicio, pero no tardes en responder al  gobierno central. Se están empezando a poner nerviosos.”

viernes, 7 de diciembre de 2012

El miedo de los renegados.


El día había sido tranquilo, el capitán había dormido bien, había repasado sus mapas, y recibido noticias de su tierra. El barco del mascarón de lobo, seguía su tranquilo rumbo bajo un cielo azul, hacía el pueblo llano.
Pero como siempre pasa, la tranquilidad se ve interrumpida. Murmullos y gritos de asombro, por parte de su tripulación, obligaron al capitán a saber que se supone que habían subido a bordo, y porque creaba tanta expectación.
Ante él una mujer atrapada entre las redes, y empapada, miraba a la tripulación, con cierto temor. Cuando sus ojos se encontraron con los del capitán, este la reconoció. Hacía mucho tiempo que no sabía de ella.
            -Darle ropa seca y presentarla en mi camerino cuanto antes. – Ordenó el capitán.
Cuando la mujer, entró en su camerino, enseguida tomó asiento sin siquiera preguntar. El capitán sonrió, cómo se notaba de donde procedía.
            -Hacía mucho tiempo que no te veía, renegada. – Comentó el capitán.
            -¿Renegada? ¿por qué?                  
            -Sí, renegada pues  fueron tus tres capitanes, los que decidieron hacer las cosas a su manera, renegando del barco, de su puesto de mando, por supuesto de la tripulación. Vosotros sus marines, les seguisteis mostrando al mundo vuestra lealtad, y buena instrucción, pero al igual que ellos ahora sois renegados.
            -Solo renegamos de la anterior capitana del barco, la verdad me sorprende verte al mando del barco.
            -¿Cómo están mis antiguos compañeros de armas? – Preguntó el capitán sin rodeos.
            -Igual de fuertes, y leales a “la vieja guardia” como siempre. – Comentó ella con una sonrisa.– Les alegrará saber que ahora estás tú al mando.
            -Nos desviaremos de nuestra trayectoria, para dejarte en la próxima isla. No te preocupes, por mi tripulación, solo pecarán de tratarte demasiado bien. Cuando te reúnas con tus capitanes, dales un fuerte abrazo de mi parte, y diles de mi parte que “La vieja guardia” sigue luchando, y  que cada vez más fuerte, que pierdan de una vez el miedo que tienen. Ahora vete a descansar, lo necesitarás después del naufragio.
Cuando la mujer se fue del camerino, nuestro capitán sonrió, aún después de tantos años, sus antiguos compañeros de armas seguían igual de fuertes en su lucha. Es increíble, en verdad, sí que tienen madera de líderes.  ¿Quién sabe si sus caminos volverán a cruzarse?

domingo, 2 de diciembre de 2012

La vieja brisa del viento.


La ciudad dormía, en silencio, sin sobresaltos, como debía ser. Nadie debía verlo. Saltando de tejado en tejado, con una rapidez y agilidad comparable a la de un gato. Parecía fácil, pero en realidad la oscuridad le impedía calcular bien sus pasos, hasta tal punto, que se vio obligado a utilizar el viento en un par de ocasiones para evitar la caída. Cuando por fin llegó a los barracones de la ciudad, solo una habitación tenía luz, allí estaba su objetivo. Con pulso firme y tranquilidad, trepó hasta la iluminada ventana. Y por fin la vio, allí sentada de espaldas. Al darse cuenta de su presencia, sus arrugas se hicieron más profundas, había sonreído, como siempre. Nuestro capitán nunca pudo entenderlo, ¿cómo podía sonreír? Siempre pendiente de todos, compartiendo todas las penas, y siempre con lo mejor de ella, su sonrisa y sus buenos consejos.
Compartieron durante un largo rato, hechos, opiniones, y recuerdos, como siempre. La verdad nuestro capitán nunca se cansaría de repetir este tipo de visitas espontáneas.
El viaje de vuelta, fue mucho más rápido, el viento estaba a su favor. La ventana de su camarote seguía abierta, así que sin más entró, aliviado de poder dejar de cubrirse con la capucha blanca. La puerta se abrió a su espalda. Uno de sus segundos mandos entró:
            -Señor, ha llegado un mensaje del gobierno central, han rectificado su posición, quieren que se presente en el barco con forma de isla en media jornada.
            -Gracias, pero por el momento ponga rumbo a la ciudad llana.
            -Pero señor, el gobierno central podría…
            -El gobierno central, no tendrá más remedio que aguantarse. –Lo interrumpió el capitán. – Una gran sabia, siempre me ha dicho que no permita que nadie marque mí camino, y eso es lo que siempre hice. Partiremos en busca del barco islote después de unas cuantas paradas indispensables. 
            -Muy bien señor, pasaré la orden.
Cuando el barco comenzó a navegar, desde la ventana de su camarote, nuestro capitán pudo ver en la playa, una pequeña figura con la mano agitando los brazos. Una carcajada resonó en el camerino, ¿es evidente que todavía le quedaba mucho por aprender de ella? ¿Cómo habría conseguido bajar tan rápido? En fin, solo los años se lo dirán. 

domingo, 18 de noviembre de 2012

Brilla, pero no para siempre.


Esta entrada está dedicada a todas esas personas de quienes la sociedad espera milagros. Si, para todas esas personas cuyo futuro está en grandes investigaciones, proyectos, empresas, etc. Personas que seguramente brillarán y serán conocidos en sus “campos”. Si su vida profesional, puede tener un camino llano de grandezas, pero hoy os dedico esta entrada, para que (espero) os deis cuenta de un grave error por vuestra parte, un error que no dejáis de cometer (evidentemente el hombre sí que choca varias veces con la misma piedra).
Muchos seguramente se sorprenderán: “¿Error? ¿Qué error?” Tranquilos que yo os lo digo con todo mi cariño y respeto. En lugar de mirar tanto para arriba y planificar vuestro futuro, observa a tus iguales, gente que estudia a tu lado una rama llamada “EDUCACIÓN”. ¡OH CLARO! Para vosotros no somos iguales, vuestra carrera, y futuro es más difícil, nosotros nunca entenderemos nada, solo somos una panda de vagos que queremos una vida fácil, y remunerada ¿Verdad? Vamos que llevamos lo que vosotros llamáis una vida inútil.
Bien pues yo os planteo una cuestión: ¿Por qué creéis que estudiamos esta rama? Evidentemente no por el salario, ¿Por el reconocimiento social? ¡AH, NO! Que somos unos vagos se me olvidaba. Venga yo os ayudo un poco. Estudiamos esta rama para poder enseñar a vuestros sucesores, que es más importante tener respeto y una propia personalidad, que premios inútiles que se pudren o se pudrirán en vuestras estanterías. Estudiamos esta rama para enseñarles que un buen triunfador trata bien a sus iguales e inferiores, y no a sus superiores.
Así que por mí, seguir así, que seguro que vosotros siempre sabéis el doble de educación que nosotros, que es nuestra especialidad, ¡Que digo educación! ¡Sabéis el doble de todo vamos! Si, seguir así, demostrando que solo valéis para pisaros entre vosotros, porque estoy seguro que alguien con menos inteligencia, pero más corazón siempre os superará.
Esta lección, queráis o no aceptarla, os la está dando lo que vosotros llamáis, “uno de esos vagos inútiles”. 

miércoles, 14 de noviembre de 2012

La antigua y falsa isla.


Cuando el barco con mascarón de lobo llegó al puerto de la gran isla, nuestro capitán cubrió su rostro con la capucha blanca. No quería que nadie le reconociera. Pues fue en esa isla donde comenzó su aprendizaje, donde recibió el barco, de donde se alejó para luchar, donde comenzó la gran guerra, ya acabada afortunadamente.
Su tripulación, contenta de poder descansar de tan largo viaje, se dirigió junto a los segundos de a bordo  a la taberna. Él, sin embargo, comenzó su marcha hacía el bosque. Dejando atrás poco a poco el pueblo. Le gustó entrar en la espesura del bosque, tranquilidad, naturaleza, y vida, no había ruidos extraños, ni problemas, solo el silencio roto por el canto de los pájaros.
Cuando por fin llegó, la puerta de metal, se abrió antes de que pudiera siquiera tocarla. Cualquiera en esa situación, es hubiera llevado un buen susto, pero él simplemente sonrió y penetró en el castillo. Una extraña sensación recorrió su cuerpo. El castillo estaba igual físicamente, pero su interior, no se parecía en nada al que él recordaba. Quizá el nuevo señor del castillo tenga una nueva forma de ver las cosas, pero seguía siendo eso, un hombre normal y corriente, y nuestro capitán no  había hecho tan largo viaje para dar media vuelta.
Así que sin más dilación, pico a la puerta de la gran habitación, y tras un “adelante”, entró. Por fin lo veía el famoso señor del castillo, tan respaldado, tan famoso. Allí sentado, sonriente, y mirándolo como si fuera un viejo amigo.
-Ya me estaba preguntando, porqué tardabas tanto en visitarnos.
-¿Me esperabas? -Pregunto nuestro capitán sorprendido.
-¡Ya lo creo! Tus aventuras en el mar no caen en sacos rotos, y vuelan a una rapidez increíble. Llevo meses siguiendo tu pista, y al final eres tu quien encuentra nuestro barco.
-¿Barco? ¿Será isla? -Preguntó extrañado el capitán.
-Joven, aunque en la gran guerra estuviéramos en bandos diferentes, deja que te enseñe una lección que tus maestros no te han demostrado. No porque no quisieran, sino porque no debían. Mira por la ventana el mar, por favor.
El capitán cauteloso se quitó la capucha y miró… ¡Eso lo explicaba todo! La razón de que tardaran meses en encontrar de nuevo a la isla, era que… no era una isla, ¡Era un barco inmenso! Que se deslizaba por el mar lentamente. Eso explicaba el por qué nunca habían sufrido un ataque, pues nunca estaban en el mismo lugar. El señor del castillo, al ver la cara de incredulidad del capitán, soltó una sonora carcajada.
                -¡¿¡No te lo esperabas verdad!?! Jaja.
                -Pues no la verdad –admitió el capitán.
                -Bueno ahora escucha, sé porque has venido, si también lo sé –Añadió al ver otra vez la sorpresa del capitán – Tu tripulación, y tu barco son bien conocidos aquí. Mira, el gobierno central todavía no quiere dejarte volver de forma permanente, quieren que sigas manejando el barco con el mascarón de lobo como hasta ahora. Esta situación cambiará pronto, solo tienes que esperar una jornada más. Esa es lo único que te puedo decir por el momento. La verdad que lo siento, pero yo solo cumplo lo que me ordenan.
                -Bien, bueno no te preocupes, la verdad que me esperaba otra cosa, pero por lo menos no acaba aquí mi labor. Espero que no te importe, que mi tripulación y yo, nos quedemos una noche aquí, solo para descansar y comprar cosas necesarias para el viaje.
                -Solo con la condición, de que cuando salgas del castillo, no te vuelvas a poner la capucha, durante tu estancia aquí. Aquí estas en territorio aliado, no la necesitas.
El capitán rió, y tras despedirse, comenzó su descenso por el bosque, hacia la taberna del pueblo, donde estaba toda su tripulación. Sin saber que al llegar, recibirá una bienvenida que le marcará una sonrisa para toda la semana.

jueves, 1 de noviembre de 2012

El horario, con sangre entra.


Lectores, y lectoras, ayer he tenido la desgracia, o el placer (todavía no lo tengo claro) de tener que discutir no solo una vez, sino que dos, el tópico de la educación actual.
El término educación, es bastante amplio que duda cabe, pero hoy al igual que ayer voy a centrarme en ¿Qué tipo de educación reciben las nuevas generaciones? no solo hablo dentro del ámbito de la escuela, sino que también del familiar.
Los niños que hoy corretean por los colegios, a parte de todos los conocimientos y trabajos que reciben en el centro (creerme que no son pocos, que dan conocimientos cada vez más avanzados a su edad), se ven metidos en un sin fin de actividades llamadas “extraescolares”. Pues claramente el inglés es bastante importante (más bien necesario), pero claro, a parte de eso, el niño realizará por ejemplo: futbol, piscina, kárate, o tenis, lo que se, y eso hablando de dos actividades, porque  si entro en los que  también tienen un instrumento y van a clases de música, o hacen teatro, etc, es un: ¡APAGA Y VÁMONOS! En serio ¿Los padres no se dan cuenta de que también van a tener exámenes y deberes? Qué si su niño el lunes y miércoles tiene inglés y futbol (por ejemplo), y el martes y jueves música, o tenis ¡DA IGUAL! El pobre crio cuando llegue a casa ¡¡¡NO SE VA A PONER A ESTUDIAR!!!
Les propongo a esos padres que hagan un horario con TODAS las actividades del niño y cuando lo tengan, miren cuanto tiempo tiene su “peoncita” para estudiar: ¿después de comer, con la comida en la boca? o no espera mejor, después del entrenamiento cuando venga reventado.
Hago un llamamiento a la cordura. SON NIÑOS, NO MÁQUINAS, así que no nos llevemos las manos a la cabeza cuando el pobre niño nos traiga 4 suspensas.
Y ya centrándome en la otra cara de la moneda ¿QUIÉN ES EL GENIO, QUE PENSÓ, QUE LOS DEBERES PUEDEN LLEGAR A SER MÁS ATRACTIVOS PARA LOS NIÑOS QUE JUGAR EN LA CALLE A CUALQUIER ACTIVIDAD? En fin, no hay palabras para semejante estupidez, porque claro todos los niños del mundo te dirán: “Buf, que rollo el salir a jugar, los deberes son más divertidos, ¡VOY A MI CUARTO A HACERLOS!”. No dudo ni un segundo en que se puedan convertir en algo un poco más atractivo, pero aceptemos de una vez, que son lo que son, DEBERES, y como niños que son ellos, la mayoría prefería tirarlos por la ventana.
Así que señores, no intentemos dar pasos de gigantes con piernas de humanos, que es mejor que avancemos poco y bien, que mucho y con semejantes lagunas.

El dinosaurio que no se extinguió.


El caminar de la calle era diferente aquel día. Se notaba desde la mitad del trayecto, pues la aglomeración de la gente solo se daba en la mitad de la izquierda de la acera. En tu mente resuena un “¡Qué raro!”. Pero tus piernas continúan caminando por el lado derecho de la acera. Y por fin, te encuentras con la fuente del “problema”, una pareja de chicos se basaban apasionadamente en el lado derecho de la acera, mientras a su alrededor la gente se apartaba con cara de pocos amigos, o apresuraba el paso con una risa burlona en su rostro. Pero ¡QUÉ ESTAMOS EN LA EDAD MEDIA!, ¡QUÉ MÁS DA QUE SE ESTÉN BESANDO! Es increíble como un país en pleno siglo XXI todavía guarde sus prejuicios pasados. SEÑORES DESPIERTEN que el dictador falleció hace muchos años, que somos un país libre, que en lugar de reírse o tacharlos de monstruos, deben apoyarlos y respetarlos, que son personas normales, con sentimientos. Puede que les atraigan cosas diferentes  que a mi y a ustedes, pero ¿y qué? por ello no dejan de ser mejores o peores personas.
Para terminar, solo me queda decir que ellos han demostrado tener el doble de personalidad que ustedes. REFLEXIONEN, ¿Qué tipo de vida tienen ustedes, si se están preocupando por cosas tan idiotas?

jueves, 25 de octubre de 2012

Se llama: "supervivencia reiterada".


Lectores y lectoras, esta entrada se va a centrar en una forma de reiterar otra entrada llamada “supervivencia”, la cual según creo está colocada en las más populares. Como comenté en esta entrada bastante antigua en mi blog, cierto centro podría compararse con la selva misma. Una selva en la que cada uno debe sobrevivir, y donde la ley del más fuerte, se toma como norma general. Un lugar para mis ojos, gris, apagado, con personas sin personalidad. Personas que anteponen antiguas disputas, a su verdadero deber. ¿Y quién era el más fuerte? Os preguntareis. Yo os respondo, el más poderoso. Si, aquel que debería proteger, guiar, y educar, al resto de bestias que tiene como seguidores. Como ven salir de allí no fue nada fácil  para mi, pues es un lugar que tiene como única finalidad hacer sufrir. Perdí mucho en aquella selva negra antes de conseguir escapar, perdí compañeros, que no dudaron ni un segundo en darme la espalda en momentos claves, perdí la sonrisa, la cual no recuperé hasta que no salí, y lo más doloroso, durante unos momentos, llegue a perder la confianza, tanto de aquellos que me miraban, como la mía. ¿Cómo salí? Pues justo cuando ya daba todo por perdido, mis ojos se abrieron mostrándome la verdad. No era yo el problema, ni la selva, sino que el verdadero peligro era quien habitaba en aquel lugar. Intenté demostrárselo a la gente desde dentro, pero claro, nadie me creyó, y fue entonces y solo entonces cuando pude ver la salida, SI NADIE CREÍA MI HISTORIA, YO HIBA A DEMOSTRARLA. Y luche, y trabaje con todo mi esfuerzo, y con una sonrisa recuperada. Y al fin salí, y el mundo por fin lo vio. LO HABÍA CONSEGUIDO.
Señores, puede que esta pequeña victoria no supusiera el menor cambio para el centro en cuestión. Pero en realidad, si que marco el comienzo de su fin, pues hoy me enorgullezco comunicaros, que mi historia se ha repetido con otra generación, y otra generación ha vuelto a sobrevivir, y a demostrar una vez más lo que yo demostré en su día. Otra gran persona, que con su fuerza y moral, ha salido a base de tajos de machete.  Me enorgullezco de este gran luchador, ahora solo pido que siga luchando así de bien, y que no desfallezca nunca.
Lo mejor de todo, señores, es que por fin todo el mundo ve lo que en realidad es. Un lugar peligroso, al que nadie ya se acerca. Pues nadie quiere jugársela por un puñado de bestias que solo quieren ver sangre. Un puñado de bestias que ahora se quedan solas, pues ahora la ley de la naturaleza se ha puesto en su contra.

martes, 23 de octubre de 2012

Erase una vez, una aventura.


La penumbra alumbraba mis ojos. Tonto de mi, por pensar que una sesión de relajación anterior, no supondría una serie de pagos y no precisamente monetarios. Como decía la oscuridad no tenía otra cosa mejor que hacer que impedirme la vista, mi voz había sido silenciada, y mis manos condenadas a estar unidas impedían cualquier tipo de movimiento. ¡AY! pero ingenuos organizadores todavía me quedaban dos de mis sentidos: El olfato y el oído.
Si puede parecer estúpido, pero solo con esos dos pude comprender que el principio de una gran aventura me esperaba. Tras identificar cada uno de los integrantes y el tipo de vehículo en el que me desplazaba, pude sentir dos sentimientos: El primero rabia, por no haberos visto venir, y el segundo gratitud por algo (en aquel momento no sabía que) que prometía bastante.
Cuando mis tres esclavos sentidos fueron liberados uno a uno, mientras una de las canciones más bonitas del mundo sonaba, la primera sonrisa se dibujó en mi cara. El recorrido, ya tan conocido nos adentró una vez más en mi querida ciudad. Recuerdos, en cada calle, en cada rincón. Y por fin cuando el reino de la luna llego a la pequeña población, la sorpresa tan esperada llegó, UN GRAN FESTÍN, no solo por sus manjares, si no por los integrantes de la mesa:
  •  Ella, la fuerza personificada, fuente de inspiración y a la vez de temor. Siempre le estaré agradecido, no solo por cada momento a su lado, si no por ser ella la estrella que protege a todo el gran grupo.
  •  Mi querido ingeniero, gran pensador, y consejero. Sin él, ¿qué tiene sentido? En cada aventura, NADA, pues él, es el único capaz de marcar la travesía.
  • Cómo no, mi compañero en esta gran aventura. También privado de sus sentidos por un tiempo, no dudó un segundo en mantener ese punto objetiva locura que nos hace tan especiales. Siempre efusivo, pero leal y fuerte.
  • El músico. No presente en el gran festín en forma física, pero como siempre sentido con el corazón. Muy importante para mi, pues es el que marca el ritmo de nuestros pasos, con un carisma e inteligencia inigualables.
  • El pequeño guerrero, gran conocedor de las artes marciales. Aparentemente inofensivo, pero de gran fuerza tanto física como mental. Siempre dispuesto a protegerte con esa sonrisa tan característica de él.
  • El experto tirador. Modesto, pues no reconoce su gran habilidad, pero puedo juraros por todos las sillas del mundo, que su puntería es envidiable. Él único capaz de ver las alegrías y los problemas desde lejos.
  • La capitana, la persona más fuerte de espíritu que conozco. Siempre digna de su rango, comprende a cada uno de los viajeros, y los apoya con todas sus ganas. Indispensable, pues el grupo no afrontaría ningún reto sin su apoyo, y sinceridad.
  • El domador de dragones. Siempre en pie, atento, y dispuesto a ayudar. El grupo no duraría ni 5 minutos frente a cada peligro, si faltara.
  • El investigador. Siempre con su voz tranquilizadora, capaz de sostener todo el peso de una montaña sobre sus hombros, sin perder ni un segundo su sonrisa.
  • El experto culinario. Sin él habríamos caído envenenados por cualquier tipo de sustancia, que aparentemente quitara la sed. Muy respetado, pues su aguante y sentido del humor, no se agotarán ni en un millón de “pues con coca-co…(no pongamos marcas por favor) estaría mucho mejor.
  • El hombre lobo. Fiel guardián del grupo. Siempre dispuesto a defender con uñas y dientes al grupo. Y aunque aún siga buscando algo por el mundo, debe saber que siempre tendrá esta manada a su lado.

Todos y cada uno de ellos pertenecientes a este grupo de aventureros, en el gran festín todos reunidos. Un gran festín que dio lugar a una gran celebración, que no duro veinte días y veinte noches no se porque, pues no sería por ganas, y su posterior  gran competición. Pero lo mejor de todo, y posiblemente lo que nos hace tan especiales, es que siempre estuvimos juntos. Pues el viaje no es lo más importante, sino quien te acompaña.


jueves, 18 de octubre de 2012

La vieja guardia.


Nuevos, nuevos, y más nuevos. Si, el capitán de traje con capucha blanca observaba a través de su camerino una tripulación cada vez mayor en número. Habían comenzado el viaje una vez más, mejor preparados, con nuevos barcos aliados, con nuevos y buenos puestos de mando a su lado. Pero, mientras visitaba hace un par de días un barco aliado, le quedo la sensación de ser el único capitán viejo, no en el sentido de edad. Pero no lo entendía, sus capitanes, hace años, le enseñaron y demostraron que ser así era la única forma de sobrevivir.
En fin, era evidente que su tripulación y su pequeño barco eran diferentes a los demás, pero bueno quizá eso sea lo que los hace tan especiales, y respetados, su forma de ser, de mirar, y de luchar. Si, aún queda esperanza para la vieja guardia, y sus fieles soldados guardianes, campeones de la gran batalla, y a partir de ahora guías de esos majestuosos y gigantescos navíos que siguen a este antiguo barco con mascarón en forma de lobo.
CANCIÓN:

Erase una vez, un mundo.


Hoy señoras y señores, me gustaría hablar de cierto tipo de personas. Personas analíticas, personas que basan casi todos sus argumentos e ideologías en bases de datos y multitud de estadísticas. En fin, en realidad no critico su forma de ver las cosas, pues yo no soy quien para dar lecciones a nadie, pero si que me voy a permitir la libertad de dar un pequeño consejo.
¡¡¡Para todas las personas de este tipo!!! Si nosotros aceptamos vuestra forma de ver las cosas, aceptar vosotros nuestra visión también. Porque está muy bien que expliquéis y defendáis vuestras ideas, pero  comprender, y aceptar que hay gente que prefiere actuar con los sentimientos como bandera, porque hay gente que si que se preocupa por los demás antes de mirar por si mismo, porque hay gente que lucha por su sueños aunque miles de tablas y estadísticas estén en su contra, porque hay personas que aún creen en el corazón de la humanidad. SI, y aceptarlas, no las miréis con cara de pena, o de superioridad, aunque en vuestro universo y mente no parezcan más que simples inconscientes, SONREIRLES Y APOYARLES, y os aseguro que os lo devolverán con creces. Por supuesto, espero que vosotros no dejéis de analizar, calcular, o lo que estiméis oportuno, pues sois vosotros y solo vosotros los más cuerdos de este cuento llamado mundo.

lunes, 8 de octubre de 2012

Lagrimas de lobo.


El camarote recién ordenado había recuperado toda su elegancia, le había costado lo suyo conseguirlo, pero por fin una vez más estaban preparados. Unos ligeros golpes en la puerta devolvieron al capitán a la tierra, cuando esta se abrió, una mujer entró en el camarote. La antigua dueña del barco se encontraba ante él ¡Cómo se podía atrever, a presentarse ahora! Hacía tiempo que había demostrado lo que significaba el barco para ella. Si, el capitán lo recordaría siempre. Como los había abandonado en el momento en el que la necesitaron, como había desaparecido sin dejar rastro, ni explicación, y como nuestro capitán tuvo que sacar del peligro a su tripulación.
   -Vengo a reincorporarme en mi antiguo puesto.- Dijo con voz dulce.- Así que ahora, yo vuelvo a estar al mando. Puedes retirarte e informar a la tripulación.
El capitán sin moverse, sonrió.
   -¿Sabes lo que la tripulación ha hecho, en cuanto han vuelto a subir al barco?
   -No, ni me importa la verdad, ahora ¡cumple la orden!
   - Nada más subir,- continuó el capitán- me dieron un abrazo. Con tú marcha en mitad de la guerra, yo tuve que asumir el mando del barco, y cumplir como deberías haberlo hecho tú. Nos enfrentamos a barcos que podían haber acabado con todo, pero siempre hemos salido airosos, y no ha sido gracias a mi, ha sido gracias a la lealtad de esas personas…
  - ¡CUMPLE LA ORDEN!
  - ¡CÁLLATE! Ya no eres quien para dar órdenes en este barco, qué dirían tus antiguos compañeros, abandonar a tu tripulación cuando más te necesitábamos. El barco vuelve a ser lo que era, y los nuevos mandos y yo, lo mejoraremos. Quiero que ahora des media vuelta y no vuelvas a subir a este barco.
Cuando la mujer abandonó el barco, la tripulación irrumpió en aplausos, estaban felices, tan felices que no apreciaron como la capucha blanca dejaba entrever las lágrimas de su capitán, y en ese preciso momento, el mascarón del lobo acompañó a su capitán comenzando a dejar caer de sus ojos unas silenciosas y relucientes lágrimas.

martes, 2 de octubre de 2012

El brillo de la estrella apagada.


La calle, tan ajetreada como siempre, mostraba una vez más la rutina de las gentes absortas en sus vidas. El rápido andar de los habitantes  ocultaba a cierta personita que tranquilamente sentada, observaba a todos y cada uno de los caminantes.
Tus ojos y los suyos se encuentran por casualidad, y mientras tu mente te dice que des media vuelta, tus piernas ajenas al deseo de su jefe, avanzan sin mostrar ni un ápice de temor. Es irónico como había cambiado la situación, no hace mucho, esta persona mostraba siempre al mundo una cara de inocencia, y cariño, realmente envidiables, mientras que su igual, no era más que un “sucio vago”  que no le llegaba a la suela de los zapatos. Si, como casi siempre, los que juzgan antes de tiempo, la CAGAN literalmente. Pues es ahora, cuando  ese “sucio vago” no hace más que demostrar lo que realmente vale, mientras que lo queda de su “super triunfadora” sobrevive como puede.
Realmente es decepcionante como el germen que más puedes llegar a odiar ha amoldado su forma de ser, y transformado a alguien en un ser tan arrogante, orgulloso. Puede que como dicen ellos “es de tu sangre” no lo niego, y nunca lo negare, pero yo les devuelvo la  pelota con una pregunta “El sucio vago” ¿no lo es también? Si, ese “sucio vago” a el que tanto criticaron y que ahora les planta cara con algo muy importante, SU PROPIA PERSONALIDAD.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Noche roja, amanecer blanco.


La brisa nocturna acariciaba la madera del legendario barco, como si de una madre se tratara. En su interior, el capitán con su habitual traje blanco con capucha revisaba y repasaba cada detalle. Tenía los medios, tenía el poder, tenía la ayuda de buenos camaradas, pero ¿y su tripulación? ¿Responderían a la llamada? Hacía meses que no los veía pues el periodo de descanso se lo tenían bien merecido, desde que se encontró con ellos unos pocos años atrás no han hecho otra cosa que demostrar lealtad, valía, y afecto. Si, se sentía orgulloso de ellos, y si no respondieran a la llamada, él lo entendería.
Sin previo aviso, un hombre con traje y capucha rojo entró en el camarote. Tras unos segundos de lo que parecía una evaluación del capitán habló:
   -Lo tienes todo a tu favor, pero aun así tienes miedo. Puedo sentirlo. Crees que ya han demostrado más que suficiente, si, tienes miedo a que te olviden, tienes miedo a que te abandonen después de tanto trabajo ¿verdad? Patético, eres igual que los antiguos dueños del barco. Pasará el tiempo y tú te marcharas y entonces ¿quién llevará el barco? ¡¡CONTESTA!!
El capitán abrió los ojos, había empapado de sudor una hoja bastante importante. Tendría que volver a escribirla, pero mejor mañana, demasiado esfuerzo y emoción para un día. Salió del camarote, y se apoyó en la valla de popa, el mar estaba tranquilo. Flotando pudo ver un traje con capucha rojo, tras cogerlo con la red, sonrió y pensó: “Ellos lo llevarán, si el barco sigue igual, me encargaré de ello”.

jueves, 13 de septiembre de 2012

El juego nunca acaba.


El legendario barco, había llegado por fin al puerto. De él desembarcaba un hombre de capucha blanca y sonriente. Había vuelto de la tierra de su padre, y del padre de su padre, y así muchas generaciones para atrás, como le gustaba ese lugar lleno de gente con corazones de oro y buenos recuerdos. No había hombre más feliz en aquel momento en la ciudad, todo había salido más o menos según lo previsto. Ahora un año más volvería a navegar con su tripulación, y esta vez con plenos poderes, si, como lo había deseado, quizá no tan pronto, pero no se podría decir que no se lo merecía, había luchado con todo y había sobrevivido sin apenas heridas, si, ahora un mundo increíblemente grande parecía abrirse ante él, lleno de rencuentros, retos, y por supuesto sueños. Ahora solo tenía ganas de ver a su gente así que sin más comenzó a correr, y corrió, y corrió, hasta que por fin llego a la cima de la montaña que tanto le gustaba, y de lo más profundo de su ser gritó. Un grito que dice “SOY YO”.

La sonrisa de la verdad (final).


El robusto y fuerte caballo negro cabalgaba más rápido que nunca, sus ojos amarillentos observaban cada detalle del espeso bosque, cada rama, cada animal, cada movimiento. Su jinete, nervioso, no sonreía, llevaba todo el camino con ese rostro de preocupación en la cara. Cuando llego a su destino bajó del caballo a una rapidez inigualable. Uno de sus soldados se adelantó para informar.
   -¡SEÑOR! No ha quedado nadie con vida – y tras mostrar una sonrisa continuó.- ¡Por fin han pagado todos por sus crímenes!
Él sin articular palabra alguna, entró en el recinto con un nudo en el estómago. Allí estaban todos: el anciano obseso del cuchillo carnicero, las dos jóvenes con sus colmillos afilados como dientes, su peludo hermano convertido por fin en la presa, y la cerebro. Suspiro aliviado, le había hecho caso, porque cuerpo no estaba allí.
Tras registrar el último de los refugios, de arriba abajo un par de veces lo único que pudo encontrar es un papel en el santuario, un papel que decía “GRACIAS”.
Pasaron los días, y tras acabar los diez largos días y noches de celebraciones, la paz había vuelto, y la vida de todas las personas volvía al cauce adecuado. Una noche, después de un duro día de trabajo con el señor de la ciudad, el sueño de nuestro guerrero se vio interrumpido por un leve sonido, apenas perceptible por un oído normal. De la oscuridad surgió un hombre de piel morena y sonriente. Este miró a el guerrero con esos ojos azules que tanto destacan, y hablo:
   -He visto tu caballo, ha recuperado toda su nobleza. Mucho mejor sin duda, antes no era más que una mera sombra que infundía miedo. En fin, solo vengo a decirte que deberías sentirte orgulloso de ti mismo, porque pienso hacerte caso, me voy de la región. No sé que voy hacer, puede que me dedique a la seguridad personal de algún señor, ya sabes que tengo habilidades de sobra jaja, ¿Tú que harás?
   -No se – contestó el sonriente guerrero.- Este pueblo me ha dado más que un hogar, me abrieron sus brazos desde el primer momento, y me ayudaron a controlar a la bestia, pero creo que es hora de viajar al norte de la región, una vez estuve allí y me pareció encontrar un buen sitio para poder dejar salir a la bestia sin peligro a sentirme un monstruo.
Tras una carcajada conjunta, el abrazo fue lo más agradecido que se podía esperar. Sin decir una palabra más el hombre negro le dirigió una sonrisa imborrable, y colocándose una capucha negra desapareció para no volver. Nuestro querido guerrero se volvió a tumbar en la cama para tener el descanso que hacía años había perdido.

viernes, 31 de agosto de 2012

La sonrisa de la verdad (2)


Dejó a su espectral caballo en el establo y se adentró en la gran ciudad. Los guardias lo saludaron con respeto, cada paso que daba en dirección al castillo era una felicitación diferente por sus resultados. Cuando entró en el espectacular recinto uno de los pinches de cocina lo guio hacia la inmensa puerta de madera. Él con una sensación de emoción la abrió y acto un gran comedor repleto de personas lo aplaudían con caras de felicidad absolutas.
Si después de muchos años, la guerra se había acabado. El respetado señor del castillo, le ofreció asiento en su mesa, y durante horas todos juntos comieron, bebieron y rieron. Entre brindis y celebraciones nuestro guerrero, creyó ver una sombra de capucha negra, observándole, pero tras unos segundos optó por pensar que eran imaginaciones suyas. Después de horas y horas de risas, rencuentros, y más brindis, era hora de irse a casa, así que nuestro guerrero despidiéndose de todos con una gran sonrisa, tomó el camino hacia su casa.
La ciudad ya durmiente, estaba completamente silenciosa, ni un alma caminaba por la calle a tan altas horas de la noche. Cuando entró en su casa, aliviado poco a poco se quitó su armadura. Al entrar en la habitación noto una respiración a penas perceptible para un oído normal. Su cuerpo actuó de forma automática, agarrando a la sombra. En el momento en el que sus ojos se cruzaron lo identificó, hacía mucho tiempo que lo había perdido de vista. Cuando lo soltó, el hombre moreno de ropas negras habló:
    -Me negaba a creérmelo hasta que te vi entrar en el castillo. Tú un alto mando de la rebelión. ¡Dos años! ¡Dos años, sin vernos cara a cara! Cuando decidiste abandonarnos sin previo aviso pensé que te marcharías de la región con el rabo entre las piernas temiendo nuestro castigo, pero al parecer te has pasado dos años en una guerra que no teníamos ningún papel. 
   -¡Qué no teníamos! ¡Cómo te atreves! –contestó nuestro guerrero con rabia, lanzándole el libro del bufón que tantas veces había leído.
Hacía dos años que había empezado a comprender la verdad de sus antiguos compañeros. Como actuaban a favor de uno de los bandos, como fueron ellos los causantes de esta terrible guerra, como cada actuación de cada uno de ellos suponía destrozar una familia, o simplemente aprovecharse de la inocencia de personas inocentes. El bufón no lo pudo aceptar, y opto por la vía más rápida y cobarde, pero él no consentiría.
   -Ahora el otro bando se ha rendido, y  los siguientes en rendir cuentas sois vosotros. –La bestia ansiaba salir, pero volvió a tomar las riendas- Te ofrezco una última oportunidad, vete déjalo todo, aquí no te ata nadie, abandona la región, y cruza la frontera para no volver. Recuerda  que conozco todos vuestros refugios, mañana a estas horas comenzará a cerrarse vuestro cerco.
El moreno hombre sonrió melancólico, y  tras un “es una pena” se dirigió a la ventana, y desapareció con la misma habilidad y sigilo con la que había entrado.

lunes, 27 de agosto de 2012

La calurosa sonrisa helada.


Una larga ráfaga de aire frio acarició su rostro. Él caminaba tranquilo, sin ninguna prisa, su espalda mostraba de forma elegante el dorsal, siempre en su espalda, nadie podría entender jamás lo especial de ese amarillento número.
Comienza el show. La primera oportunidad sale a relucir, pero el otro conjunto se encarga de romperla. El contrataque es cortado, y el segundo intento nace, pero al igual que el anterior intento todo acaba con lo que pudo ser y no fue.
El calor conquista cada parte de su cuerpo. Y es entonces cuando ocurre el fenómeno tan esperado. Pequeñas y heladas plumas blancas comienzan a caer sobre el césped, el terreno comienza a endurecerse por el frio. Tercera oportunidad, él corre sin ningún tipo de dificultad, ahora él tiene el control. Observa su objetivo, y sin dudarlo suelta toda su fuerza, y por fin, el primer golpe certero. El tiempo corre, y el control sigue siendo de los suyos, un golpe tras otro el otro conjunto se debilita. Se acaba la función, la gloria del día era suya, que bien se sentía, es extraño, el cielo negro, su cuerpo empapado, su estómago rugiendo, ¿y él se sentía bien por solo un poco de nieve? Sin duda la cordura lo había abandonado, pero nunca olvidara esa sonrisa.

La sonrisa de la verdad.


El caballo negro se detuvo ante la puerta, su jinete tras bajar del espectral caballo se acercó al cuerpo que yacía inmóvil frente a la espectral puerta gris. Era demasiado tarde, era evidente que su fortaleza no le sirvió de nada con un corte de tal calibre en el estómago.
La rabia recorría todo su cuerpo, la bestia ansiaba salir. Un rastro de sangre se adentraba en el antiguo refugio. Cuando nuestro jinete abrió la puerta y se adentró en la penumbra del antiguo escondrijo, una risa recorrió cada rincón del refugio. No lo aguantaba más no podía retenerla tenía que dejarla salir, después de todo lo ocurrido se seguía riendo. Un grito desgarrador supuso el comienzo del fin. Su cuerpo ya no era suyo, ahora la bestia recorría el refugio a una velocidad indescriptible.
Muchos se fueron enfrentando a ella, si, pero ninguno podía saciar su sed de sangre. La bestia seguía avanzando, sin ninguna equivocación, ¡Cómo conocía aquellas ruinas! Podríamos decir que se crio allí, cuando las cosas eran más fáciles. Si, ese recuerdo le estaba ayudando a recuperar el control. Por fin volvía a ser él. Caminó el poco camino que le faltaba, la verdad que la bestia le había ahorrado muchas complicaciones. Cuando por fin llegó a la última puerta, una ligera risa surgió del interior. La abrió sin ningún tipo de temor. Allí estaba, EL MALDITO BUFÓN, su mano actuó de forma automática agarrándole el cuello. El bufón con una sonrisa burlona dijo:
  -¡Vamos, acaba conmigo! ¡Sera lo mejor para todos! Todo el mundo te lo agradecerá, no habrá nadie que te lo reproche, ¡Vamos solo será un segundo!
¡Cómo lo odiaba, y cuanta razón tenía! pero había algo que le impedía hacerlo, ese pequeño hombrecito le inspiraba lástima, y además no llegaría lejos con esa herida en el pecho, si, su compañero caído en la puerta, se había encargado de dejarle un bonito recuerdo. Sintiéndose estúpido lo soltó y sin decir nada se dio media vuelta en dirección a la puerta.
Un grito de rabia recorrió toda la habitación. El bufón se dirigía a él con la cara bañada en lágrimas cuchillo en mano. Su mano como si tuviera vida propia, desenfundó la espada, y en menos de un segundo atravesaba el pecho del bufón, el cual sonriente, dedicó su último aliento en un “Gracias”. ¡Cómo que gracias! ¡No podía creerlo, esto era lo que él quería! pero ¿con qué fin? Al lado del sonriente cuerpo encontró un libro con una nota: “Este es mi diario de viaje, te lo cedo, para que comiences a comprender”. (Continuará).

viernes, 17 de agosto de 2012

¿Corazón de metal, o corazón de león?



Es extraño como puede llegar a funcionar sociedad, es… no se como una selva… me explico. Se nos educa desde bien pequeños para sobrevivir a través del estudio, un camino muy respetable sin duda, pero ¿qué es mejor ser una persona inteligente, o una buena persona? Reflexionar, cuando una persona por fin termina su etapa educativa más larga e importante, normalmente de forma automática se convierte en un depredador, un depredador de poder, un depredador insaciable, un depredador incansable, siempre acechante a más poder, o a una oportunidad de brillar el primero.
Pero como siempre, hay alguien diferente. Este año, he tenido el placer de conocer a una persona cuyo brillo es sencillamente envidiado por  todos sus compañeros de faena. Una persona que ha entendido la esencia de la educación, una persona que ha conseguido destacar entre los demás por quien es y no por lo que tiene. Una persona que siendo despreciada, solamente sigue mostrando afecto y sonrisas a sus alumnos. Esto señores es lo que le diferencia de los demás, la HUMILDAD, algo que actualmente se está olvidando.
Esta persona, me ha enseñado la gran diferencia entre futuros depredadores robotizados, y futuros leones señores de su vida. Sin duda, me entristece la idea de que se vaya, pero también me reconforta la idea de que  pueda seguir dando al resto del mundo su increíble personalidad, y su capacidad para formar auténticas personas. Espero que tenga un buen camino por recorrer, se lo merece.

viernes, 10 de agosto de 2012

De la semilla, al más robusto de los árboles.


Fue allí, en tierra de molinos, donde la encontré. Su extrema vitalidad, y energía, sin duda fue lo que más me llamo la atención en un primer momento. Su sola presencia  resultó una gran mano amiga en todo momento. Lo reconozco, cuando llegó la primera despedida, no pensaba que su futuro estaría tan cerca del mio. Entenderme, solo era un chiquillo, y que sabe un crio de estas cosas. Unos 6 meses después, nuestros caminos se vuelven a cruzar solo durante tres días, tres días en los que volvió a sorprenderme con su talento motivador, y su imborrable sonrisa. Y de repente, sin proponérmelo nuestros caminos se volvían a cruzar en un intervalo de meses. Durante estos periodos de intervalos, la relación fue haciéndose cada vez más fuerte. Cuando me quise dar cuenta esos tiempos para soñar, se acabaron, pero sin embargo ella seguía sonriendo, ¿Sabría ella algo que yo no? Fue en ese momento cuando en tu mente solo había cabida a unas palabras concretas “No la quiero perder”.
Y en ese momento, cuando todo cambió para mi. Ella mostrando una y otra vez una lealtad fuera de lo común, decide adentrarse en tierra montañosa, una y otra vez. Y es entonces cuando nosotros decidimos cambiar esto, “no siempre va subir ella”. Creo sin duda que fue una de las mejores decisiones tomadas en toda mi vida. Al bajar, no solo reforzamos aún más los lazos, sino que forjamos otros nuevos que para mi hoy son necesarios e imprescindibles.
La gente no comprendía nada, “La distancia, tiene que ser un inconveniente”  era lo que todos afirmaban, ILUSOS, ella fue la que me enseñó que la distancia no era más que un pequeño obstáculo que nos hacía cada vez más y más fuertes.
Hoy después de tanto tiempo seguimos creciendo, como si de un árbol se tratase, si, un árbol fuerte, robusto y verde. Pero bueno, en realidad os preguntaréis ¿quién es ella? Ella es la persona más fuerte que pueden encontrar vuestros corazones, siempre dispuesta a darlo todo  a cambio de nada, exigente, vengadora, protectora, cariñosa, y lo que yo más valoro con un sentido de lealtad muy difícil de igualar. Ella señoras y señores es: Alicia Presencio.

jueves, 9 de agosto de 2012

¿Jaula, o Aula?


Ayer debido a una de las casualidades de la vida, he tenido que volver al lugar del cual renací por así decirlo. Mi sola presencia hizo que muchos de antiguos compañeros se levantaran para decirte: “¿Otra vez aquí, has caído?, su rostros de preocupación te sacan una carcajada tranquilizadora, que seguido de un “no, no te preocupes” llevan a un abrazo muy agradecido. Acto seguido, el revuelo recorre todo los pasillos, el tiempo de descanso comienza, y es  entonces cuando se produce el culmen de tu llegada. Aparecen ellos, te miran y te sonríen, ellos saben que hay muchas probabilidades de que no vuelvas, su trabajo había concluido hacía un año. Sus primeras palabras, tranquilizadoras sobre el futuro de las nuevas generaciones desencadenan una de las conversaciones más polémicas entre los que antes fueron tus compañeros. ¿Jaula, o Aula? es evidente que depende del esfuerzo, y de la persona. Aún recuerdo como esas personas que hacía unos minutos te daban un agradecido abrazo, no eran más que unos polluelos asustados por haber caído. Unos polluelos que imitando tu comportamiento llegaron a donde están ahora: No fuera, pero casi.
Ellos saben lo que estas pensando, claro, estuvieron a tu lado mucho tiempo, ellos te ayudaron a levantarte, y demostrar a todas aquellas personas que te tacharon con un NO VALIDO, que nunca te rendirías y que no te llegaban a la suela de los zapatos. Si, les debo mucho camino recorrido.
Cuando el reloj te vuelve a la tierra, entregas tu paquete, y despidiéndote de todos, te das la vuelta dejando atrás quizá a tus camaradas de “Supervivencia”, cuando sales unos hermosos ojos azules se encuentran con tus ojos verdes. El nuevo polluelo te mira con interés, tu sonríes y dejas en el aire una frase: “Aprende de ellos, ellos son verdaderos maestros”.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Oh capitán, mi capitán!!


La niebla que consumía la cima de la montaña, ocultaba la figura que hacía unos minutos vigilaba la ciudad. Si, desde arriba incluso con aquella densa y fantasmagórica niebla, la tranquila y brillante ciudad se alzaba en la oscuridad de la noche.
Desde arriba como decía una figura con capucha blanca, solo dejaba a la vista una sonrisa de satisfacción. Observaba con una tranquilidad admirable la ciudad como si de un perro guardián se tratase.
Su primera mirada fue hacía el puerto, allí estaba su barco, admirable, reparado, e incluso con una vuelta a los diseños originales, ¿su tripulación? Hacía un mes que les había dado “vacaciones”, sin duda volverán cuando se les reclame mostrando una vez más una lealtad digna de admirar, el único problema eran los puestos de mando, que por primera vez en la historia del barco habían sido abandonados en medio de la travesía, pero dentro de lo malo puede tener solución rápida.
Su siguiente mirada, hacia el mar donde no hace mucho, un lujoso barco le recordó de una elegante forma como las apariencias no lo son todo. Si, muchos hombres de ese barco son añorados ahora por nuestro guardián.
Con la mirada puesta en una pequeña estación, su sonrisa se transforma en una carcajada… COMO LOS QUERÍA, estos del pueblo llano, siempre llenos de sorpresas y dispuestos a sacarte una sonrisa.
Por último sus ojos verdes no pudieron evitar ir recorriendo las diferentes casas de esta asombrosa ciudad. Poco a poco fue localizando una a una, las moradas de sus compañeros. ¿Qué sería de él sin ellos? Es evidente que no hubiera recorrido ni la mitad del camino que ha conseguido.
Una ráfaga de viento, hizo volver a la tierra a nuestro capitán, el cual sin decir una palabra, y sin dejar de sonreír, se adentró en la niebla para poder volver a su ciudad, la ciudad brillante. Tranquilos, nuestro capitán ha retornado con más fuerza que nunca.

martes, 7 de agosto de 2012

Ganas de muchas cosas, pero sobre todo de amistad.


Los primeros abrazos, fueron el comienzo de una nueva aventura. Sus sonrisas y bromas, no solo sacaron una sonrisa que hacía días había perdido, si no que me recordaron una vez más porque son tan especiales. El viaje, divertido a la par que cansado toco a su fin cuando llegamos al valle. La paz absoluta nos era brindada por el viento que acariciaba los árboles. Paz que en seguida rompimos nosotros. La primera prueba de esta maravillosa aventura: Buscar donde descansar. Tras haber colocado nuestras “bolsas de viaje” el festín comenzó. La suculenta comida, llenó nuestros estómagos y renovó nuestras energías. Y tras conocer el valle que nos acogía, nos relajamos. Nos esperaban unos buenos días.
Una de las cosas que más me sorprendió sin duda es como el cariño, las risas, y un paso relajado pero sin prisa, no desanimó en ningún momento nuestro paso por el valle. Daba igual que hacía arriba o que hacía abajo, nosotros seguíamos recorriendo el camino fijado, e incluso con el león rugiendo en nuestras tripas, el camino continuó hasta límites francamente insospechados. Tras otro increíble festín de recompensa por nuestra increíble marcha, y la suave caricia de la música unida con la competición, hizo que el cansancio no tardara en abrazar nuestros cuerpos, que sin miramientos se entregaron al descanso.
Pero claro, la música puede ser como una bofetada cuando interrumpen tus sueños. Y gracias a la voz de Joselito nuestros cuerpos por poco reaccionan de una manera un tanto agresiva jaja. El viaje de vuelta a la civilización no podía realizarse sin un estómago bien lleno así que tras un último banquete nuestros corazones volvieron a la ciudad. Tras una ducha francamente agradecida, un paseo un tanto curioso (aunque haya sido digamos que manchado por el comportamiento de la gente) es agradecido por el cuerpo, que sin más dilación se entrega otra vez a la buena comida antes de concluir otro glorioso día.
Ni siquiera el mal tiempo nubló nuestra sonrisa, así que con paso firme aunque un poco ciego por la niebla, subimos a admirar una de las maravillas del norte, Los lagos de Covadonga, aunque en realidad solo podríamos hablar de una sospecha de que en realidad estaban allí. Pero bueno como dije antes, “al mal tiempo, buena cara” y vaya si le dimos buena cara. La cara de felicidad al poder comer, y estar sentados a la vez jajaja.
Pero no todo sería tan fácil, así que el destino decidió ponerle una traba a uno de nuestros compañeros de aventura… UN DOLOR DE ESTÓMAGO. Parecerá una cosa la mar de simple, pero no puedo olvidar las caras raras que ponía al beber su… digamos “medicina”, tu mente se preguntaba constantemente si esas caras eran de DOLOR, MIEDO, o simplemente ASCO. Cuando todo parecía controlado, un paseo por algunos de los lugares más bonitos de Oviedo fue un buen intento para recuperar la normalidad, pero nuestro pequeño paseo acabo por dejar medio coja a otra querida compañera de este viaje.
Con miedo por las recientes lesiones, tiemblas ante el nuevo día que se te presenta. Pero parece ser que el poder de la adrenalina es más fuerte que cualquier tipo de dolor, así que entre disparos, bosque, acción, y golpes, cada uno de nosotros tiene su momento para convertirse en un RAMBO, bueno más bien todos los que optamos por Acción y no Relax jaja.
Con el cuerpo levemente golpeado, un día de sol se abrió ante nosotros. Sin dudarlo, lo aprovechamos con un gran día en una playa, de una bella ciudad costera del norte. Pero claro no nos dimos cuenta una vez más de la parte del país en la que estábamos, hasta que el tiempo y el frio nos obligó a refugiarnos de una noche más bien corta pero intensa. Cuando el cansancio acumulado de toda la semana hizo mella en nuestros cuerpos, un último viaje al reino de los sueños se hizo inminente.
Mi cuerpo ya renovado, recorría el pasillo a la mañana siguiente, con un sigilo muy poco común en mí. Y cuando descubres entre risas que no eres el único despierto en la casa, el día final comienza. Tu cuerpo agradecido por el día relajado que le has proporcionado, tiembla ahora recorriendo el camino hacía donde se dio el primer abrazo.
Tras la temida despedida, tus compañeros de aventura tienen que volver a casa, y cuando los ves subir al tren piensas “aguanté”. Pero tus ojos y tu corazón, se alían para jugarte una mala pasada, y por fin te das cuenta, cada gota derramada es simplemente otra forma de recordar cada minuto y cada segundo de esta aventura, una aventura que nunca terminará.

lunes, 6 de agosto de 2012

El payaso y la trapecista.(noche de las estrellas, cuento 2)


Era lo mejor que sabía hacer transmitir sensibilidad y alegría arrancando del público sonrisas y aplausos, mostrando siempre la cara alegre de la vida dándolo todo en cada función, el divertido y triste payaso. Este personaje tras su rostro maquillado ocultaba una melancolía que le embargaba el alma, de la intrépida trapecista se estaba enamorando. Él se resignaba ante este amor no correspondido amándola más que a su propia vida. De todas las artistas, la más intrépida y hermosa.
Al acabar la función, cuando las risas y aplausos se apagan solo queda silencio en la carpa, y el alegre payaso duerme, descansa, deseando que pronto llegue la mañana y comience un nuevo día, una nueva jornada para volver a los ensayos y poder acercarse a su trapecista. Para hablarle y decirle por fin, lo que su corazón sentía.
El payaso feliz, comenzó el show. Risas, risas, y más risas, su espectacular actuación no hace más que provocar aplausos en el público. Y tras haber concluido las otras actuaciones, solo quedaba la de su amada trapecista. El payaso nervioso, pero convencido, espera  a que la última función acabe, y poder hablar con la trapecista.
Los gritos de terror invaden las grada, algo o alguien ha caído desde arriba. El corazón de nuestro payaso se encoge al ver a su amada en el suelo. Ella inexplicablemente preciosa, sonríe al ver arrodillado a su lado al payaso. Este entre lágrimas que estropean su feliz maquillaje aprovecha el último aliento de su amada en un beso, el beso más esperado de su vida.


ESCRITO POR: Inma y Pablo monitores.

miércoles, 18 de julio de 2012

La luna roja (Noche de las estrellas cuento 1)


Las noches como esta, me recuerdan a una historia que un viejo amigo me contó cuando estuvo preso. Su compañero de celda pasaba las noches entera en la ventana, con los ojos fijos en el cielo, en silencio, sin moverse, disfrutando de la brisa que entraba a través de sus barrotes, con una sola luz, la luna.
Una noche después de muchas siendo un mero observador mi amigo le pregunto ¿Por qué pasaba sus horas de descanso asomado a la ventana?
    -Estoy esperando-. Le respondió.
Mi amigo le miró extrañado:
   -Esperando ¿a qué? si aquí los días y las noches transcurren sin novedad.
   -Espero a la luna roja, sé que aún es pronto, pero tengo miedo a despistarme y perderla.
   -¿La luna roja?- Mi amigo le miró extrañado, empezaba a convencerse que tantos años de cautivo, le habían nublado el juicio a su compañero de celda. -¿Pero de qué estás hablando?- Podría estar loco, pero había despertado su interés.
   -Es un fenómeno extraño, por eso no quiero perderlo. Ciertas noches de verano, la luna sale, corona el cielo, redonda, brillante, pero en un preciso momento, algo cambia, su luz y su brillo se tornan a un color rojo intenso. Poca gente se da cuenta de tal regalo, sus vidas son demasiado ajetreadas, tú ya llevas aquí algún tiempo, sabes que aquí no pasa nada, por eso yo quiero verlo, sentirme libre, sin ataduras, esos sentimientos que hoy me niegan.
Hubo algo en su forma de hablar que lo conmovió, él quería ver la luna roja, y desde ese día, cada noche sus ojos pertenecieron a la luz de la luna. Juntos esperaban en silencio, expectantes, los muros y los barrotes no existían, solo estaban ellos, con la noche, con la luz de la luna. Pasaron las noches, pero nada cambiaba, la luna seguía blanca, algunas veces tímida solo dejaba ver su sonrisa, otras veces completa coronaba el cielo. Hasta que por fin un día ocurrió; Su luz blanquecina se tornó a anaranjada, y de anaranjada al rojo esperado. Inconscientemente contuvo el aliento, ahí estaba por fin, la luna roja.
   -¡MIGUEL! ¡MIGUEL! ¡VEN A VER ESTO!
Pero Miguel no contestó, hacía horas que su cuerpo inmóvil había perdido la capacidad de sentir, de vivir.
Pasaron los días, y por fin mi amigo salió de la cárcel. Poco a poco fue olvidando todo lo vivido, todo salvo a Miguel y la luna roja.

ESCRITO POR:
Inma y Pablo, monitores.

Definitivamente es punto y aparte.


Cuando por fin subí al bus, el miedo que asolaba mi corazón desde hacía cinco horas me impedía respirar con dificultad, pero una cara sonriente y conocida, hizo que todo ese miedo desapareciera por completo. Hacía ya tantos años que no me encontraba con esta persona, que solo un abrazo pudo expresar algo de lo que sentí.
El viaje continuó lleno de risas, planes, recuerdos, y sobre todo gente nueva. Y cuando por fin tú piensas aliviado, “en cinco minutos llegamos”, el autobús se estropea en medio de la carretera. El calor es insoportable, y los chicos se empezaban a quedarse sin agua fría, y una sonrisa aparece de oreja a oreja cuando por fin otro autobús se para delante de ti. Cargamos todo rápido, y continuamos los últimos “cinco minutos”.
Llegas, saludas, abrazas, te presentas, y comienzas a descargar las cosas. LA CENA ESTÁ LISTA!!! En ese momento, tus tripas hacen más ruido el León de  la Metro goldwyn mayer. Y tras una cena deliciosa, comienza la primera velada. Velada de presentación. Uno por uno los monitores presentados somos aplaudidos. Y tras una excursión nocturna por el pueblo, que te permite seguir conociendo a los chicos, TODOS PARA LA CAMA. Todos salvo los monitores claro. La evaluación se hace rápida, grupos, planing, etc.
El amarillo, es el primer color de la jornada, un teatro introduce una mañana más bien tranquila. La tarde comienza a animarse, talleres, deportes, y cuando el calor puede con nosotros, una duchita fría, y un buen festín, dan paso a una noche llena de animales perdidos. Tras una velada muy divertida, TODOS A LA CAMA… salvo los monis claro, de nuevo evaluación.
El azul, pisa muy rápido y divertido, con una mentirijilla, que unida a unos buenos actores da paso a una mañana muy ajetreada, Un super monopoli, y la primera Gymkhana de la jornada. El relax es la tónica de la tarde de piscina, que renueva las pilas para poder preparar la noche contemplativa. Una noche muy bien preparada, sin duda, pero con una serie de incidentes que no me permitieron moverme en mi salsa. Y como no TODOS A DORMIR!!! No tengo quien decir lo que nos toca a los monis jaja.
Continuamos con el naranja, el color de la fuerza. Fuerza que se ha ido demostrando a lo largo del día, no solo fuerza física, sino que también mental, de voluntad, y de personalidad. Comenzamos por la física con unos cuantos juegos a plena luz del día, que ni si quiera el calor puede hacer frente, la mental a través de talleres, alguno de ellos muy útiles para la vida diaria, la fuerza de voluntad, y la de personalidad, se unen a la física de nuevo en una increíble ruta que acaba en una increíble velada con cuentos (que ya publicaré) bajo las estrellas.
Nos levantamos, con la primera luz del día, y volvemos  por donde hemos venido. Y evidentemente, la piscina vuelve a ser la tónica de la tarde. La noche se acerca, y el pueblo observa como un grupo vestido de marrón, les tiende una mano para jugar, y les brinda una impecable actuación. BUENAS NOCHES salvo para quien ya podréis intuir.
El esperado verde, es el encargado de nuestra visita a Almagro, donde el corral de comedía abre sus puertas a todo el que quiera obtener un poco más de conocimiento. El regreso se hizo animado, y divertido, y tras una cena suculenta, el karaoke dio paso a multitud de canciones conocidas, y competiciones. Por fin llego la hora, el reino de los sueños, debía volver a ser visitado.
El más sencillo de los colores, el rojo, introdujo un teatro francamente muy bien hecho, y la sencillez se plasmo en los talleres. La piscina fue otra vez un espacio para descargar adrenalina, y descansar bajo la sombra de un árbol, mientras que algunos de tus compañeros preparan una noche que arrancaría más de un escalofrío. Cuando los niños llegaron después de un paseo nocturno por el pueblo, en el que se comprobó la eficacia, y lealtad de los mayores, la ruta de los gritos comenzó. Lo más sorprendente de todo es que los grupos más jóvenes no mostraron el menor temor, mientras que los más experimentados, no tardaron en salir por patas. Tanta energía fue la gastada, que no tardaron en caer rendidos de cansancio.
Continuemos con el morado, el color de nuestro interior. Una levantada rápida a las 6:45 de la mañana hace que una especie de niños zombi te sigan allá a donde mandes, así que la decisión estaba tomada, una quijotada, y tras desayunar con fuerza comenzamos a subir la montaña sin apenas incidentes. Ya en la cima, pudimos contemplar una maravillosa vista con un precioso molino a nuestra espalda. Tras bajar, y realizar con éxito un gymkhana, las merecidas duchas renuevan al personal para la tarde. Una tarde que exigió ingenio e inteligencia. Para rematar el día, nada mejor que una fiesta para ocupar la noche.
El rosa nos abrió los ojos aquella mañana haciéndonos ver que el cariño es algo indispensable para el hombre. Y tras un acto preparado por nosotros, el merecido tiempo libre llegó, y otra tarde de piscina fue la encargada de que un rencuentro se hiciera posible, un rencuentro que espero que vuelva a unir a dos personas de las que hacía años que no se sabia. Tras todas estas emociones vividas llego la noche y un concurso de talentos entre los grupos fue la tónica dominante, el jurado: Ristof Milano, Calcetinete, y uno de los monitores del grupo, evaluó cada actuación. Pero el sueño de esa noche fue interrumpido, los “malos” (más bien los buenos) consejos sobre los maestros de las noches en vela, surtieron efecto y unos cuantos elegidos, se ganaron una noche de miedo, bailes, y ejercicio físico.
Un arcoíris rodeó todo el día siguiente repleta de juegos, talleres, y por supuesto de una velada inolvidable, llena de cotilleos, bromas, y discoteca.
Y como siempre todo lo bueno tiene un final, esperado por algunos, y llorado por otros. Cada uno de nosotros sabíamos que cada uno tiene su sitio, y en nosotros está la oportunidad de mejorarlo o echarlo a perder. No sabría decir lo agradecido que estoy, ni cuanto me ha costado volver, solo voy a decir, gracias por arreglar a este viejo barco de una vez por todas.

sábado, 30 de junio de 2012

Solamente ruta, y lobos de mar.


La noche es tranquila, claro, durante el día todos se habían marchado. El último de los capitanes sentado frente el fuego, reflexiona desde hace una hora. Un día fueron fuertes, pero poco a poco todos han decidido tirar las armas. Es evidente que después del abandono de sus últimos compañeros, él solo no podría hacer nada, era cuestión de tiempo. Cuando por fin nuestro capitán absorto en sus pensamientos vuelve a la tierra, decide dar un paseo. Tras caminar durante unos pocos minutos, llega a su destino, el precipicio.
Ante él una increíble vista, el mar, y a lo lejos un barco increíblemente grande, fuerte y lujoso, aguarda desde hace días. Siguió observando el lugar, y por fin, divisó la pequeña playa. Allí su barco… bueno más bien lo que queda de él, descansaba junto a la poca tripulación que le queda, unos pocos leales.  Allí estaban durmiendo, aguardando por él. ¿Qué esperan de él? ¿Por qué no se marcharon con los otros superiores? ¿Por qué le siguen aún sabiendo lo que pasa?
El viento erizó los pelos de la nuca del capitán, se levantó, y continuó caminando. Cuando llegó entró en la ciudad sin inmutarse de que su uniforme causaba gracia a los pocos ciudadanos despiertos que paseaban por las calles. Pasó por todos los sitios que quería, donde su gente se dedicaba a escribir, hacer planes, o simplemente dormir. No quiso parar  a saludar, no quería molestarlos. Simplemente paseo por ahí, necesitaba aclarar sus ideas. Después de pensar, y pensar, sin duda el viaje es la mejor opción, sería una forma de desconectar de todo durante algún tiempo. Así que sin más se volvió.
Desmontó su tienda de campaña, apago el fuego, y camino cuesta abajo. Los grillos callaban cuando pasaba cerca de sus madrigueras. Llego a la pequeña playa, su tripulación dormía, sin hacer ruido entró en el barco. Abrió el camerino de su superior, hace meses que lo estaba utilizando, total, nunca volvería a liderarlos. Abrió el baúl, y de él saco su ropa de viaje, la túnica estaba fría. Tras colocar su arma en el cinturón, se sentó en el sillón de su superior… más bien su sillón, ahora el barco era suyo. Durmió un par de horas, hasta que la luz del sol le acarició la cara. Se levantó, y llamó a su segundo de a bordo, es joven, sin duda pero un gran apoyo. Dio la orden, “hacer los preparativos, en tres días partimos”, y en el momento de que el joven se marchó, saco sus mapas, y los estiró en su mesa, ya tenía hecha la ruta. Salió de su camerino, sonrió al ver a su pequeña tripulación tan obediente y concentrada. Alzó su vista hacía donde estaba la ciudad, desde tan abajo solo se divisaban un par de edificios, sonrió como siempre, como debe ser. Sus pensamientos de anoche tan centrados en su gente volvieron, pero esta vez una carcajada salió desde sus pulmones, “Seguro que tienen suerte y se lo pasan en grande, son muy fuertes”- Pensó de inmediato nuestro capitán.
Volvió a mirar al barco que le aguardaba desde hace días, otra vez le tocaba ser el fuerte a él. Acarició la quemadura de su brazo, sacó pecho, y nuestro capitán volvió a estar orgulloso.

viernes, 29 de junio de 2012

Un agujero más para el cinturón por favor.


“DEBEMOS AJUSTARNOS EL CINTURON” es una de las frases más utilizadas de estos últimos tiempos. Mi pregunta a plantear es ¿y porqué solo son las mismas clases sociales las que se sufren todo tipo de recortes y restricciones? lo más divertido de todo es que son las personas que pertenecen a estas clases sociales, los que se echan la culpa así mismos de todo. En serio, no se les ha ocurrido parar a reflexionar que tipo de personas están siempre arriba, desde hace cientos de años, ¿no es extraño que estas altas clases sociales siempre sobrevivan sin ningún tipo de problema?
Vamos a ver, lo tienen TODO, dinero, palacios, poder. Muchos se justifican en creencias de la gente, otros en la historia de sus familias, otros simplemente en sus títulos. ¿Es que nadie se da cuenta que los gastos más importantes de muchos países se justifican en linajes y luchas del pasado?

jueves, 28 de junio de 2012

Océano por navegar.



El día se acerca. Tanto trabajo, tanta lucha, tanto sacrificado, para que sin darte cuenta solo tengas dos opciones: Con ellos, o sin ellos. Recuerdas a aquellas personas que en el pasado ocuparon tu lugar, personas con las que contabas, y no pudiste contar, personas valientes, fuertes, y luchadoras que se marcharon pensando que dejaban su barco y su tesoro en buenas manos. Un barco que solo dos manos llevan dirigiendo desde el primer día, sin apenas ayuda. Los que estaban a tu lado, la mitad desaparecieron, cobardes, la otra mitad atados por sus obligaciones te miran con tristeza, y con orgullo, nunca les podré tener rencor.
Piensas en los que dejaron su tesoro, “tienen que volver” piensas, pero la sola visión de una grieta del barco les hace dar la vuelta, y marcharse. “Pues yo solo, podré” piensas convenciéndote a ti mismo, y durante un largo tiempo así lo haces, luchas, mejoras, arreglas, y el barco sigue navegando. Los que se proclaman así mismos dueños de la nave, hipócritas todos ellos, te intentan convencer de tomar una decisión difícil, hundir el barco, y unirse a otra tripulación. “Nunca” es la única palabra que sale de tu boca, y te proponen una opción alternativa, navegar junto a la otra tripulación. Tus aliados más fuertes, ya se han unido a ellos, y piensas “¿Tenemos opción? Además, ya hemos perdido suficiente”.
Cuando te quieres dar cuenta navegas sin ilusión, con gente a tu lado que no sabe hacer otra cosa que molestar. Trabajas, y trabajas, tu solo, ellos no tienen lo que hay que tener aquí. “¿Porqué continuas entonces?” te preguntan un día, y tu piensas, porque se lo prometí a los que ocuparían mi puesto algún día.
Ya me da igual, cual magnífico sea el barco de al lado y cuantos se unan a él. Este barco viejo y fuerte, dará su último viaje junto al nuevo, y seguirá su camino, a su manera. Puede que se hunda, si, para que engañarnos, pero yo podré decir con orgullo a esos cobardes que un día escondieron la cabeza, y con los que todos contaban, que yo llegue hasta el final. Y mientras dirijo lo que yo solo he estado manteniendo, una sombra blanca con capucha, me sonríe satisfecha y se va, para no volver.

martes, 26 de junio de 2012

Llama, fuego, incendio.



El calor daña sus ojos, en realidad no me extraña, nunca se han parado ni lo más mínimo a controlar su propio fuego. Siempre, durante cada minuto, se han dedicado a probar mi pequeña llama, si, la que yo controlo en cada momento. Pruebas, pruebas, y más pruebas, “Son solo simples demostraciones” dicen sus labios, pero en cambio, ¿por qué sus ojos dicen lo contrario?
Demuestro, y vuelvo a demostrar una y otra vez, pero ellos no están satisfechos, “¿Qué debo hacer entonces?” me preguntaba. Luchaba, luchaba y volvía a luchar, me levantaba cada día más rápido y con nuevas heridas, y cuando mis piernas ya no aguantaron el dolor, me tuve que inclinar a descansar, en ese momento lo comprendí todo. Al verme ya destrozado, y a penas con fuerzas, en sus caras se proyecto una sonrisa de satisfacción. “Sabía que no aguantarías”-dijeron todos de repente- “Tú eres de los nuestros”. El calor que sentí en ese momento, no se podía aguantar, me quemaba, me hacía daño, no pude aguantarlo, “¡¡BASTA!!” grite, y con un último esfuerzo me levanté. Se acabó seguir demostrando todo, se acabó el luchar, ya era hora de hacer las cosas a mi manera, ellos me siguieron, Oh claro que lo hicieron, no estaban dispuestos a admitir lo que habían hecho. Me detuve, mire atrás un momento, y en sus ojos vi aún una mirada expectante, ¿Pensarían que volvería?, mi último movimiento  para ellos fue señalar a su espalda.
El calor daña sus ojos, un incendio había estado creciendo tras ellos, pero estaban demasiado ocupados conmigo, para darse cuenta. “Se lo tienen bien merecido”-Pienso. Ahora son ellos los que tienen que dar cuenta de sus actos, ahora son ellos los que tienen que demostrar quienes son.
De momento, mi sonrisa favorita, muestra el primer camino a seguir. Las quemaduras y heridas curarán solas.

lunes, 25 de junio de 2012

Tesoros escondidos.


No hace mucho me he dado cuenta de que cada persona tiene sus sonrisas. Puede que parezca algo estúpido, pero sin duda no lo es. Sonrisas de: Ya estoy aquí, me parto contigo, te la estas ganando, te quiero, gracias… en fin todas y cada una de estas sonrisas son las que mueven y moverán el mundo, son sonrisas generales, pero a la vez únicas en cada persona. Nos hacen cambiar de opinión, mirar más allá, vamos lo que viene siendo vivir la vida a nuestra manera.
Pero entre todas y cada una de estas sonrisas, los humanos nos encontramos con unas pocas diferentes, especiales. Son las que cada uno guardamos celosamente en un baúl bajo llave en nuestra memoria. “¿Para qué sirven?” os preguntareis, pues simplemente para decirte cada día quién eres, y porqué o quién te levantas cada día. Puede que el tiempo sea caprichoso, y tardes en encontrar estos tesoros, pero os doy mi palabra de que existen, y ya sea una tarde de sol cerca del mar con la brisa marina acariciando tu cara, o un simple segundo en la plena espesura de un bosque, que tú agradecerás toda la vida haber divisado algo tan valioso.

domingo, 24 de junio de 2012

¿Rutina? No, gracias.



La oscuridad reina en la habitación. Cuando tus ojos ya consiguen vislumbrar la puerta, decides prepararte el desayuno, te duchas, y mientras te afeitas no puedes imaginar que una llamada puede suponer un 50% de probabilidades de cortarte. Sorprendido por conservar el gaznate, te pones en contacto. Una reunión, y posiblemente una puerta que se abre ante ti. Sin dudarlo te preparas y sales corriendo, “esta oportunidad es mía” piensas.
Llegas a tu destino. Encuentras a tu amigo, tu compañero, este indicándote el lugar que no debes ocupar comienza una conversación muy interesante para ambos, cuando te quieres dar cuenta unas suaves manos te tapan los ojos, para que engañarnos el primer pensamiento fue: “QUE COJONES….!!!”, pero medio segundo más tarde comienzas a darte cuenta, un sentimiento de emoción recorre todo tu cuerpo y piensas: “No, no puede ser, están muy lejos”, y cuando por fin tus ojos pueden volver a tener la libertad, compruebas que SI, SI QUE PUEDE SER, estaban a allí, y tonto tú que no te has enterado de nada. Comienza en ese momento un día que nunca se va a olvidar.
Entre sonrisas, abrazos, y demás muestras de afecto que tanto te gustan, decidís comenzar el viaje, y en menos de un minuto el Renault Megane, conquista la carretera, aunque quizá un poco sobrecargado. Un recorrido divertido sin duda, aunque tú te lleves un doloroso recuerdo en el brazo. Abres la puerta y una brisa marina te saca tu mejor sonrisa, y aunque un bote de pintura te haya chafado la cazadora, ríes, ríes, y ríes, podrían insultarte a la cara, pero ese día, tú seguirás sonriendo. Tras un agradable paseo, rugen las tripas, hora de comer, sin duda lo más simple es lo más agradable. Ya con tu bocata hecho, una agradable vista, y sobre todo con buena compañía, comienza un festín muy difícil de igualar. Historias graciosas, interesantes, agradables reinan en el ambiente. La comida se acaba, pero vosotros seguís allí disfrutando, es entonces cuando tú, con el sol acariciando tu cara, quieres que todo se detenga, que ese momento tan dulce nunca acabe, y que siempre te acuerdes de todas esas sonrisas.
El reloj, te devuelve al mundo, es hora de regresar. Todo parecía tranquilo, hasta que algunas miradas clavadas en vosotros, hacen que tu corazón, retumbe cada vez más fuerte, afortunadamente no es nuestro turno de parar, continuamos camino, pero es necesario descansar un momento, la situación ha sido inquietante. Cuando por fin comenzamos a respirar con normalidad, aparecen el doble de ojos, quizá evalúen, o quizá cuenten, es necesario hacer doble tanda de viajes.
La primera parte del grupo llega por fin, ahora es necesario que dos expertos en caminos vuelvan a por la otra parte. Se marchan, y comienza otro agradable recorrido por tiendas, exposiciones, y sillones de masaje. Risas, conversaciones agradables, opiniones compartidas, te sientes bien, “¿porqué se tienen que marchar?” te preguntas a ti mismo, pero agradecido transformas todo lo vivido en abrazos.
Cuando tus ojos ya no ven el coche, sientes añoranza, pero felicidad. Es evidente que por mucho que pase el tiempo, seguirás siendo afortunado por tenerlos a tu lado.

viernes, 15 de junio de 2012

Lo pasado, pasado no esta.


El pasado. Siempre nos dicen, “no mires al pasado, ya no sirve para nada”,  “es el ahora lo que importa”, “¿Porqué mirar atrás?” son las personas incultas las que no miran atrás, personas vacías, enterradas en satisfacciones superficiales, personas muertas. El pasado, es la esencia del futuro, y el futuro sois vosotros, un futuro leal, fuerte, y sobre todo, un futuro formado por PERSONAS. Nunca olvidéis quienes sois, y de dónde venís, pues es eso lo que os hace diferentes, únicos.
No creáis que para nosotros los monitores es una simple despedida, no, es el fin de un sueño. Puede que haya más que este, puede que sigamos estando juntos muchos años más, pero vosotros cada día sois diferentes, cada día nos demostráis que nuestra decisión de estar aquí con vosotros es la correcta, nos hacéis ver que en vuestro corazón siempre hay sitio para nosotros, nos dais una razón cada día para estar orgullosos.
Dar por seguro, que pase lo que pase, seguiremos junto a vosotros en el camino, que nunca os dejaremos. Vosotros sois nuestro pasado, presente, y futuro. NOS VEMOS EN EL CAMINO.

Recuerdo de la duda.


Una figura surgió de la niebla. Avanzó silenciosamente hasta donde yo me encontraba sentado, y sin decir una sola palabra, se sentó. Su sola presencia a mi izquierda provocó un escalofrío que en unos segundos recorrió toda mi espalda. Tras unos minutos, la misteriosa persona miró al oscuro cielo de la noche, se quito su capucha blanca, sonrió,  y sin articular palabra alguna comenzó a correr en dirección a la niebla de la que había salido. Mi cuerpo fue arrastrado de alguna extraña forma hacia la niebla. Cuando recuperé la consciencia estaba tirado en medio de la carretera, y mis ropas habían cambiado, eran idénticas a las de la misteriosa figura. Comencé a caminar en busca de alguna señal humana pero durante  un par de horas no pude ver más que desierto blanco y frio. Por fin pude vislumbrar un pueblo, emocionado comencé a correr con todas mis fuerzas. Era extraño el pueblo estaba colocado sobre una gran colina verde y fértil, pero alrededor de la colina todo seguía siendo un desolado desierto helado. Sin embargo, a los habitantes no parecía importarles lo más mínimo, es más, sus caras de felicidad y su amabilidad me confundieron completamente.
Al llegar a la plaza del pueblo, me encontré con una modesta casa de paja, a primera  vista parecía abandonada, pero al adentrarme en su interior pude ver a la extraña figura con ropas blancas, estaba de espaldas a mí, miraba por la ventana, sin duda estaba controlando a los habitantes del pueblo. Sin moverse, por fin habló: “No dejes que te vuelva a arrastrar, o me encargaré de que me sustituyas. Continua tu camino”. Volví a abrir los ojos, solo una hora para comenzar mi lucha.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Historia de un sueño


Toda historia tiene un comienzo. En este caso el comienzo fue sencillo, un bosque. Un bosque en el que todos importaban, desde el árbol más joven hasta el lobo más viejo, todos, un bosque en unidad, donde el fauno merodeaba sin miedo a ser reprochado, donde las xanas con su atractiva voz alumbraban el cielo, donde cada uno era “bautizado” con un signo. El Trisquel, el símbolo de las tres alas, el comienzo de un vuelo que aún tardará en acabar.

Tras el paso del tiempo, el bosque se convirtió en un lugar de la mancha, donde nuestro querido Alonso Quijano valiente sin duda, se enfrentó a multitud de peligros, junto con su “fornido” corcel Rocinante, y su inseparable Sancho, la voz de la razón al principio, y la voz de esa gratificante locura al final.

Todo esto ocurre, claro está,  dentro de los dominios de ese castillo llamado “Fantasía”. Un castillo cuyos dueños nos enseñaron ese niño que nunca se va de nuestro interior, ese niño que lo único que quiere es soñar, y  no perder nunca esa sonrisa. Un castillo construido con la fuerza de un héroe, guardado con la lealtad de unos canes, rodeado por la locura de una selva, habitado por un pueblo libre, y sobre todo, reinado por el rugido del valor personificado.

No debemos olvidar que cada reino tiene su circo, lleno de espectáculos, risas, y sorpresas, que sin darnos cuenta nos entrenó para superar el más difícil todavía. Un lugar donde todos los sueños se cumplían. Desde el deseo de alcanzar la magia más compleja, hasta el volar por los aires como un colibrí.

¿Este mundo era perfecto? No todavía no, pues en las regiones más calurosas y desérticas, un último pueblo de la región no tenía constancia de lo que estaba floreciendo a solo unos días a caballo. Un pueblo, que entre lagrimas, sudor, hambre y esclavitud, se levantó y resurgió con un camino hacia la libertad.

Pero todavía quedaba una cosa por hacer, inmortalizar ese momento, no siempre se logra un algo tan bello. Y sin más dilación comenzaron la película de nuestra vida. Empapándonos de luces, y cámaras, cada uno de nosotros por fin nos convertimos en los directores de nuestras vidas.

Con todo conseguido, ocurre algo que no estaba esperado, ese mundo lleno de risas, amigos, sueños, y fantasías desaparece. Tras este duro golpe, nadie quiere saber nada, cada persona abandona toda esperanza y toma un camino diferente. Todo parecía perdido, pero un grupo de soñadores  nos alzamos en pos de los derechos de las generaciones futuras. Con sudor, y lágrimas, al final solo conseguimos recuperar mitad de ese sueño antes vivido por todos nosotros. Y así viajamos al país de nunca jamás, donde la imaginación y la ilusión esta a la orden del día. A pesar del poco tiempo, el sueño parece resurgir poco a poco.

Hoy, otro duro golpe (aunque no tan fuerte como el anteriormente nombrado) derriba  a ese grupo de soñadores, que otra vez vuelven a ser menos,  ¿podrá tal duro golpe con nuestro grupo de soñadores? Nadie lo sabe con certeza, el final de esta historia es claramente incierto. Solo puedo decir que el vuelo que un día tres alas me permitieron emprender todavía no ha acabado.